La Isleta no quiere la depuradora
«No vamos a permitir que se instale una depuradora», afirma Félix Alonso, representante de la plataforma ciudadana Foro por La Isleta. Dice que están dispuestos «a salir a la calle» para mostrar su rechazo a que se ubique en la zona norte del barrio una planta que cree que además de «malos olores y humo» generará «ruido».
El anuncio de la instalación de una depuradora de aguas residuales dentro del recinto portuario capitalino, en el norte de La Isleta, que efectuó en el pleno de este martes el edil de Aguas Roberto Santana ha sido recibido como un mazazo por los vecinos. «No estamos dispuestos de ninguna de las maneras a que se instale», apunta Félix Alonso, portavoz del Foro por La Isleta, una entidad que aglutina asociaciones vecinales, culturales y sociales del barrio capitalino.
Añade que están dispuestos a movilizarse «y a salir a la calle» para dejar patente su rechazado a que se ubique en esta parte de la ciudad una instalación que considera no va a traer más que molestias. «No es solo los malos olores y el humo, sino el ruido que va a generar», dice.
Además, denuncia que la decisión de trasladar la planta se ha tomado «sin participación ciudadana», y es que asegura que «a nosotros nadie nos ha consultado nada».
De igual modo critica que no se apueste por solventar los problemas de malos olores que los vecinos de Barranco Seco han venido denunciando y se opte por adquirir «una depuradora nueva que cuesta 38 millones».
Alonso se pregunta «si en el Ayuntamiento no hay técnicos que puedan acabar con los malos olores» y recuerda que esa inversión millonaria podría destinarse a otros problemas de la ciudad. Asimismo, recuerda que la ubicación elegida para la nueva planta, en el norte de La Isleta, «es patrimonio natural» ya que se trata de un espacio «virgen al que ni siquiera los ciudadanos tienen acceso». Por eso teme que esa actividad «altere de alguna manera el ecosistema».
Alonso explica que van a solicitar una reunión con el concejal de Aguas para hacerle llegar su «total oposición» a una decisión que va a perjudicar al barrio pero también tendrá consecuencias sobre el resto de la ciudad. «Ya en su día se descartó la planta de biomasa porque se vio que con los alisios, ese olor llegaría a toda la ciudad», indica.
Por último, pide una solución al alcantarillado obsoleto de un barrio en el que «no se hace una puñetera inversión».