Le imponen tres años y medio de cárcel por los destrozos en Porto Bello
tribunales ·
El acusado, de origen marroquí y en situación irregular, estaba en el complejo de Puerto Rico bajo la tutela del Gobierno de Canarias
Tres años y medio de cárcel es la pena impuesta a Ahmed Haison, un ciudadano de origen marroquí y en situación irregular en las islas, que causó destrozos en el complejo Porto Bello donde estaba hospedado bajo la tutela del Gobierno de Canarias.
Esta persona es autora, según la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, de un delito de desórdenes públicos en concurso ideal con otro de atentado a agente de la autoridad. Por otro lado, fue absuelto del delito de daños por el que era acusado.
Noticia Relacionada
El centro de menores sufrió destrozos propios de «una película de Tarantino»
Según los hechos probados, Ahmed Haison actuó en el complejo de apartamentos Porto Bello, de Puerto Rico, «en compañía de otras personas menores de edad» en unos hechos que ocurrieron a las 22.30 horas del 8 de febrero de 2021. El fallo añade que este individuo atentó contra «la tranquilidad del resto de los residentes del centro y de los trabajadores del mismo» que estaban bajo la gestión de la ONG Respuesta Social, al ser un establecimiento tutelado por el Gobierno de Canarias que era utilizado como lugar de acogida de menores extranjeros no acompañados.
El encausado portaba «una pata de madera» que arrancó de la cama de una habitación y estaba junto a otros cuatro menores de edad «quienes también portaban entre sus manos cadenas, palos de madera o cristales, con los cuales amedrentaban a los residentes del citado complejo que no se sumaban a su revuelta». Con esta actitud, provocaron «una alteración multitudinaria en el centro e instaron a los demás residentes a sumarse a ella». De esta forma, consiguieron «ser seguidos en sus actuaciones» por unos 20 menores residentes del citado centro», detalla la sentencia.
Algunos de los menores causaron destrozos en todas las plantas del complejo, consistentes en rotura de los cristales de las puertas y de las ventanas, rotura de todo tipo de muebles y electrodomésticos, de vigas, de enganches o de tomas de luz. Asimismo, lanzaron objetos provocando «que los educadores del centro» tuvieran que esconderse «por el temor causado», en una habitación de la planta inferior para «evitar ser lesionados».
Fuerzas del orden
Una vez llegaron al lugar agentes de la Guardia Civil, estas personas colocaron «barricadas construidas con sillas, microondas y cristales en el suelo» y agua con jabón derramada para impedirles el acceso al complejo «y la detención de los autores».
El encausado, junto con los otros menores, les lanzaron diferentes objetos, como garrafas de agua llenas o pequeños electrodomésticos. La sentencia detalla que llegó a correr «peligro» las vidas de los guardias civiles, aunque por suerte no les llegó a impactar ninguno de los enseres que les tiraron.
Los desperfectos causados en el centro fueron pericialmente tasados en 10.092 euros.
