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La peatonalización de la avenida José Mesa y López desviará todo el tráfico que ahora pasa por esta céntrica vía hacia Néstor de La Torre. Ello obliga a cambiar el sentido del último tramo de esta calle, de forma que a la altura de la gasolinera de León y Castillo, el tráfico pueda girar hacia la rotonda de la Base Naval.
Esta modificación se hace para poder dar salida al tráfico privado que ahora circula por Mesa y López. Sin embargo, tendrá un efecto negativo: aportará más carga al nudo de Torre Las Palmas, un punto que ya presenta un alto grado de saturación y que es responsable de los principales colapsos de la avenida marítima hasta Belén María.
El plan director de la zona comercial abierta Mesa y López así lo reconoce. «Con esta actuación es previsible que se cargue el enlace de Julio Luengo con la GC-1 efecto de la disuasión de los tráficos de largo recorrido», recoge el documento.
Este efecto indeseado se prevé por el hecho de que muchos coches que ahora vienen del Puerto y escogen León y Castillo para entrar por Julio Luengo, se verán obligados a incorporarse a la GC-1 para alcanzar el trenzado de Alcaravaneras y luego entrar en Torre Las Palmas.
Esto se debe al hecho de que el cambio de sentido en el último tramo de Néstor de La Torre impedirá la circulación por León y Castillo desde Juan Manuel Durán hasta la gasolinera que hay en la cuña que forman la propia León y Castillo y Presidente Alvear.
Según un estudio elaborado por Gipic, el trenzado de León y Castillo es la principal causa de las retenciones en la autovía (entre Belén María y Julio Luengo) porque salen más coches por León y Castillo que los que se incorporan desde la GC-1. El hecho de sumar más coches a la GC-1 con los nuevos cambios podría agravar la situación que se produce en este cruce.
En todo caso, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, se mostró confiado en que el efecto sobre el nudo de Torre Las Palmas no sea tan dramático. «No va a cargar este punto problemático de una manera excesiva», explicó, «será prácticamente igual porque ahora esos coches siguen acabando en el mismo sitio», en la salida de los túneles de Julio Luengo.
Además, aseguró que «a medida que se vaya ganando pasajeros en el transporte público (con la puesta en marcha de MetroGuagua y el cambio de la red de líneas que lleva aparejado) iremos aliviando los cuellos de botella».
La situación será incluida en el plan de movilidad del istmo que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria está terminando.
La propuesta de peatonalización de Mesa y López obligará a la calle Néstor de La Torre a absorber prácticamente el doble de tráfico que en la actualidad. En la entrada de esta vía, de acuerdo al plan director de Mesa y López, se pasará de un volumen de tráfico de 1.052 coches a otro de 1.857, alcanzando el máximo de presión a la altura de la calle Valencia, con 2.600 vehículos. A la salida llegarían unos 1.683 coches, de los que 500 tomarían Presidente Alvear hacia Torre Las Palmas y otros 983 seguirían hasta el final (junto a la gasolinera) para poder ir en dirección Puerto.
Cuando la avenida de José Mesa y López sea peatonal, los taxis no podrán circular por la calle, al menos en el tramo entre la Base Naval y la calle Galicia. Así lo confirmaron fuentes del área municipal de Movilidad consultadas por este periódico. De este modo, el único servicio de transporte público que entre en esta avenida será la MetroGuagua.
Los taxis tendrán que dejar a sus clientes en las calles adyacentes a la avenida de Mesa y López, tal y como ocurre en Triana con la calle Mayor.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria anunció que la transformación de Mesa y López en bulevar obligará a retirar la parada de taxis que hay en esta calle en la actualidad.
Las 31 plazas se distribuirán en la calle Galicia (entre Mesa y López y Juan Manuel Durán), en Mesa y López (en sentido plaza de España) y en la calle General Vives (entre Néstor de La Torre y Mesa y López).
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