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El Cabildo de Gran Canaria acaba de culminar el proyecto con el que se quiere acabar los atascos que sufren los conductores que cada día se ven obligados a circular por la GC-3, a la altura de Tamaraceite. La propuesta, que será trasladada al Gobierno de Canarias para que la tramite y licite, supondrá ganar dos carriles en la circunvalación, entre Piletas y Lomo Los Frailes, uno por sentido; y realizar conexiones directas con la circunvalación para el tráfico que viene de Teror, así como cambios en la rotonda de San Lorenzo.
La propuesta, en la que se viene trabajando desde hace siete años, se materializa ya en un proyecto que tendrá un coste de obra de 10 millones de euros, a los que habría que sumar otra cantidad no detallada en expropiaciones de terrenos y que, en el peor de los escenarios, podrían tener un coste de otros 10 millones de euros. En otras palabras, la obra podría alcanzar los 20 millones de euros.
El cambio más importante será el que se produzca en el ramal central de la autovía de circunvalación. Aquí se ganarán dos carriles de circulación, uno por sentido, a costa del espacio que hay entre las dos direcciones. El consejero de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, explicó que esta parte de la obra no representará ningún problema porque la autovía de circunvalación se diseñó y construyó pensando en esta posible ampliación.
Los dos cuartos carriles que ganará la circunvalación garantizarán tener tres vías en el tronco principal, ya que en estos momentos solo hay dos, si se tiene en cuenta que tanto en dirección a Arucas, como en dirección Sur, los carriles de la derecha solo encauzan la salida de la GC-3: hacia Lomo Los Frailes y el centro comercial Alisios, por un lado; y hacia Lomo Los Frailes, en sentido contrario.
«Desde Las Palmas de Gran Canaria hacia Arucas vas con tres carriles, pero el tercer carril entra a Lomo Los Frailes y lo pierdes ahí», explicó Hidalgo, «y aunque lo vuelves a ganar en teoría, es falso porque es el que entra después a la rotonda de San Lorenzo. Al final, lo que tienes ahí es un entrelazado que provoca más retención». Y lo mismo ocurre en dirección Sur.
57.000 vehículos
Las previsiones hechas por los técnicos indican que los nuevos cambios tienen capacidad de absorción de unos 57.000 vehículos al día que se proyectan para 2056.
20 millones de euros
El coste de obra sería de unos 10 millones a los que habría que sumar otra cantidad no detallada en expropiaciones de terrenos y que, en el peor de los escenarios, podrían tener un coste de otros 10 millones de euros.
Esta obra se completará con la reformas de la rotonda de San Lorenzo y de los movimientos que allí se producen. Aquí se incorpora un nuevo carril que llevará a la rotonda de Alisios y se elimina la parada obligatoria. «La idea es cortar, como si fuera una lágrima, para que, sin tener que pararse en ningún sitio, puedas incorporarte a la carretera que te conduce hacia Piletas si vas en dirección a Teror», aclaró Hidalgo. Desde la rotonda de Los Alisios también habría un ramal nuevo que lleva a la GC-3 en dirección a Arucas, sin necesidad de subir a la rotonda de Piletas.
Además, el tráfico que venga desde San Lorenzo y quiera incorporarse a la circunvalación, lo podrá hacer de manera directa con un ramal nuevo que no pasará por la rotonda.
También se ganará un carril por sentido en la conexión de las rotondas de Ciudad del Campo y Piletas con el fin de agilizar el tráfico en esta zona.
Y para los coches que vienen o van en dirección a Teror por la GC-21, que ha aumentado su tráfico un 16% en los últimos años, se proyecta un carril directo hacia la circunvalación en dirección a Arucas que evitará entrar en las rotondas de Ciudad del Campo y Piletas. En cuanto a los conductores que, desde la villa mariana, van hacia Las Palmas de Gran Canaria podrán entrar en la GC-3 por una nueva vía directa que partirá desde la rotonda de Ciudad del Campo y sorteará la rotonda de Piletas.
Todas estas nuevas vías son las que obligarán a realizar expropiaciones, que son las que elevarán el coste de la operación.
Los atascos, el gran problema
Con estas actuaciones y el acceso directo que se está construyendo al campus universitario desde la GC-3 a la altura de Lomo Blanco, que estará culminado antes de verano, las autoridades confían en poder evitar los atascos. Las previsiones hechas por los técnicos indican que estos cambios tienen capacidad de absorción de unos 57.000 vehículos al día que se proyectan para 2056. Son unos 10.000 vehículos diarios más que ahora.
De no hacerse estos cambios, advirtió Augusto Hidalgo, la GC-3 tendría un nivel de saturación insoportable en treinta años.
El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, detalló que la obra durará alrededor de 18 meses, pero no se atrevió a concretar una fecha de inicio porque la tramitación del proyecto y su posterior licitación dependerá de si los técnicos consideran que se requiere un trámite de impacto ambiental o no.
Rodríguez explicó que la financiación está garantizada dentro del Convenio de Carreteras, donde estas propuestas fueron incluidas en el año 2018.
Por su parte, la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, resaltó la importancia de esta actuación, que calificó como «estratégica» para Las Palmas de Gran Canaria ya que se produce en la zona de mayor expansión del término municipal capitalino, tanto desde el punto de vista comercial como en materia de vivienda y, por tanto, de crecimiento poblacional.
En cuanto al alcalde de Teror, Sergio Nuez, destacó que el cambio de los accesos facilitará los movimientos de la población de la villa mariana al evitar la circulación por tres rotondas. Y aunque reconoció la dificultad de la empresa, se mostró confiado en que producirá una mejora de las condiciones de vida de los terorenses.
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