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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha encargado la elaboración de un estudio estratégico sobre los niveles de ruido que se generan y soportan en las calles Cano y Arena, en la zona de Triana. El área de Economía, Hacienda, Patrimonio y Contratación ha adjudicado, por un importe de 14.570 euros, la confección de un informe que será clave a la hora de determinar si las dos calles conforman la primera zona saturada de terrazas de la ciudad.
La iniciativa «surge ante la necesidad de realizar un estudio de ruido de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente de la zona de las Calles Cano y Arena, de infraestructuras generales, combinado con la medición «in situ» de los índices de ruido y su comparativa con los índices del mapa estratégico de ruido para determinar el cumplimiento o incumplimiento de los objetivos de calidad acústica, así como la influencia del ocio nocturno y otras fuentes de ruido, y la elaboración de un Plan de Acción en materia de contaminación acústica si fuera necesario».
Así consta en el expediente de adjudicación del contrato menor publicado en la plataforma de contratación del sector público.
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El Ayuntamiento ha iniciado el expediente para declarar zona saturada de terrazas las calles Arena y Cano como consecuencia de una denuncia por ruido presentada en abril de 2023 por la Asociación del Daño Cerebral Adquirido Gran Canaria (Adacea) y un grupo de vecinos contra las terrazas de tres restaurantes de Cano y otro de la calle Arena.
La delimitación de la nueva zona saturada afecta a toda la calle Cano, desde San Bernardo a Malteses; y toda la calle Arena, entre Cano y Triana. Por tal se entiende aquella superficie donde la proliferación de terrazas sea tal que no sea aconsejable la autorización de nuevas instalaciones o ampliaciones de superficie a ocupar, tanto por motivos de afectación a las condiciones ambientales como al uso común general del espacio público.
Esto supone que, en caso de que se apruebe la declaración de zona saturada, no se permitirá instalar nuevas mesas y sillas en las calles bajo esta declaración. Y si se solicita por parte de un nuevo establecimiento de restauración, habrá que reordenar el espacio, de forma que las antiguas cedan espacio a las nuevas sin que se puedan añadir nuevas.
Así queda establecido en el artículo 46 de la ordenanza municipal reguladora de la instalación de terrazas en suelo de uso público. «En la zona declarada zona saturada no se podrá autorizar la instalación de más elementos que supongan aumento del aforo total resultante de la suma del de todas las terrazas existentes en el momento de la declaración», detalla el texto, «en el caso de que se solicitara la instalación de nuevas terrazas vinculadas a nuevos establecimientos en el ámbito declarado saturado se procederá, mediante distribución previa u ordenación singular, a la redistribución de las superficies y aforos de las instalaciones existentes, de forma que se dé cabida a los nuevos establecimientos».
El informe de impacto acústico es otro paso más en el camino de la declaración de zona saturada, que se inició en abril de 2023 con una revisión de la actividad de las terrazas de la calle Cano tras las denuncias vecinales. «Las quejas corresponden con el nivel de ruido, posibles situaciones de inseguridad relacionadas con la evacuación y el acceso condicionado de vehículos de emergencia, la falta de limpieza de la calle y el incumplimiento de la Ordenanza Municipal Reguladora de Terrazas en Suelo de Uso Público que se están generando en el tramo de la calle Cano limitado por la San Bernardo y Travieso», consta en aquel informe.
La inspección municipal detalló que, «de los datos obtenidos en las inspecciones realizadas, no se detectaron niveles excesivos de aglomeración de personas observando, en la mayoría de los casos, que los usuarios de las terrazas permanecían sentados durante el tiempo de consumición y disfrute de la actividad comercial. Por otro lado, tampoco se advirtieron escenarios con un grado considerable de inseguridad. Se entiende, por tanto, que las situaciones con alta incidencia de ruido, de aglomeración de personas o donde la falta de seguridad pudiera generarse, tal y como se reseña en la denuncia presentada, ocurren de manera eventual y no poseen una continua durabilidad en el tiempo».
Sin embargo, la inspección sí comprobó que « en lo relacionado con el cumplimiento de la ordenanza que regula la colocación de mobiliario de terraza en el suelo público, se ha detectado que muchos de los locales incumplen con lo autorizado ya que, o bien, colocan el mobiliario fuera del área autorizada, o bien, las características formales no corresponden con los condicionantes de las licencias emitidas» por el Ayuntamiento capitalino.
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