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Una instrucción del Cabildo de Gran Canaria que prohíbe la recogida de animales abandonados con microchip en el albergue de Bañaderos ha impedido al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria depositar a una decena de perros recogidos de las calles este viernes. Tuvieron que pasar el fin de semana en una jaula de La Favorita, que no reúne las condiciones adecuadas para la acogida.
El consejero de Medio Ambiente del Cabildo, Miguel Ángel Rodríguez, explicó que la instrucción responde a una situación de saturación que existe en el albergue, donde se ha llegado a hacinar un millar de animales. De hecho, explica que las jaulas están pensadas para acoger entre uno y dos animales, «pero hemos tenido que poner hasta seis perros juntos».
Rodríguez recordó que la competencia de la recogida es municipal y justificó la medida en que así se obliga a los ayuntamientos a buscar a los dueños de los animales abandonados, fomentando la tenencia responsable. Además, al reducir la entrada de perros abandonados en el albergue se consigue aumentar la calidad de vida de los animales y el trato que se les dispensa.
Sin embargo, la concejala de Servicios Públicos del Ayuntamiento, Inmaculada Medina, se quejó de que la instrucción está generando un problema a la ciudad y sus animales porque la capital no dispone de un centro de estancia temporal de mascotas. La edil pide un trato especial en función de la población y del número de animales que son recogidos en el municipio más poblado de Canarias.
Además, Medina lamenta que la instrucción del Cabildo no se haya emitido con la antelación suficiente como para que los ayuntamientos pudieran montar una estructura con la que atender a estos animales.
«No podemos estar anunciando campañas de tenencia responsable de animales cuando luego los ayuntamientos no pueden llevarlos al albergue y los tenemos que acoger nosotros en condiciones precarias», argumentó la concejala.
«No quiero ser desleal pero no voy a permitir que la ciudad cargue con algo que no puede», añadió Medina, quien lamenta que la instrucción del Cabildo de Gran Canaria haya dejado tan poco tiempo de reacción a los municipios.
El consejero de Medio Ambiente del Cabildo reconoce que puede haber disfunciones pero justifica la instrucción como una medida de emergencia para aliviar la sobresaturación del albergue. Desde esta perspectiva, el depósito de Bañaderos se ha convertido más en una parte del problema que en una vía de solución porque ha consagrado un modus operandi en el que los servicios municipales se limitan a recoger animales y depositarlos en Bañaderos sin buscar lo suficiente a sus propietarios para la asegurar la devolución del animal a su dueño.
Rodríguez pone como ejemplo el caso de Ingenio. «Tiene un centro de estancia temporal de animales y hace dos años y medio que no mandan un perro a Bañaderos», expuso.
«Lo que pedimos a los ayuntamientos de la Isla es que tengan su propio centro, un pequeño albergue para que desde allí se promueva la adopción», añadió el consejero.
En el caso de Las Palmas de Gran Canaria, los técnicos de Salud Pública han propuesto que el centro de estancia temporal de animales podría estar en el Manuel Lois.
El Ayuntamiento calcula que poner en marcha un albergue municipal puede resultar rentable. A partir de 2018, el ingreso por animal en el albergue costará 120 euros. Eso tendría un coste para la ciudad de unos 150.000 euros al año.
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