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Aunque el plan parcial de rehabilitación Las Rehoyas-Arapiles no está terminado, el Ayuntamiento ha decidido aprobar el primer paso del área de renovación urbana de este barrio, que mejorará las condiciones de vida de 2.558 familias gracias a la demolición de sus viejas viviendas y la construcción de pisos nuevos. Para ello, la comisión de desarrollo sostenible aprobó ayer la modificación del Plan General que recorta el parque de Las Rehoyas para «acelerar» la reposición de las viviendas y construir sobre el campo de fútbol y el aparcamiento un bloque de 146 pisos.
Los técnicos municipales informaron que este edificio acogerá a las 136 familias que en estos momentos habitan los bloques de la calle Santa Luisa de Marillac y de Santa María de la Cabeza, en la parte alta del barrio.
Este primer paso se considera «externo» al plan parcial de reposición y se hace depender de la modificación del sistema general Parque de Las Rehoyas, en el Plan General, para poder aprovechar los 4,6 millones de euros con los que el plan de reposición ha sido dotado este año. De este modo, el Ayuntamiento podrá empezar la obra sin tener que tener culminada la tramitación del plan parcial, que requerirá más tiempo.
El PP advirtió de que esta decisión pone en riesgo el plan de reposición y abre la puerta a que se tumbe la obra en caso de que se recurra por la vía judicial, lo que podría suponer la pérdida de fondos estatales. «Las prisas son malas consejeras y la fiebre por la foto electoral puede poner en riesgo la renovación», adelantó el edil Ángel Sabroso.
Los populares se aferraron a un informe de la Secretaría General en el que se pide explicaciones por el hecho de que el recorte de casi 4.000 metros cuadrados de espacios libres en el parque de Las Rehoyas se compense con la calificación como espacio libre de la antigua zona deportiva de La Ballena, que en la práctica ya son jardines y zonas de paseo. Estas dudas fueron la base de la petición del PP para dejar sobre la mesa la modificación del Plan General a la espera de un nuevo informe jurídico, y para desligar el cambio del sistema general del parque de Las Rehoyas de la modificación en La Ballena.
Sin embargo, el grupo de gobierno rechazó esta propuesta. «No vamos a pedir más informes ni alargar más la agonía de los vecinos», expuso el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, «vamos a tirar hacia delante».
El proceso de reposición de Las Rehoyas trasladará a bloques enteros en lugar de seguir la fórmula de Tamaraceite, en la que se optó por mover a vecinos de modo individual. Esto generó problemas en muchos edificios en los que quedaban pocos residentes, ya que la comunidad no se podía hacer cargo de los costes de mantenimiento y ello conllevaba en una degeneración del estado de los inmuebles, algo que se veía agravado con robos en los pisos vacíos.
Así, los vecinos de Santa Luisa de Marillac se desplazarán al nuevo bloque proyectado sobre el parque de Las Rehoyas. Y el espacio que dejarán las viejas casas será ocupado por dos bloques nuevos.
En Las Rehoyas-Arapiles, según los técnicos de la sociedad municipal de gestión urbanística, Geursa, se quedarán en el barrio unas 1.941 familias, mientras que otras 617 se marcharán a otros edificios que el Ayuntamiento construirá sobre suelo público en otros puntos del término municipal.
La situación de Las Rehoyas no solo demanda una solución firme por el estado de sus viviendas sino porque el nivel de hacinamiento (141 viviendas por hectárea) duplica las recomendaciones normativas. Por poner un ejemplo, en Siete Palmas hay 60 viviendas por hectárea.
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