En huelga de hambre contra el desalojo de una unidad de reparto de alimentos
17 de octubre. Esa es la fecha que Mogán ha dado al colectivo Las Lomas para dejar el local que les cedió en Arguineguín. Una activista, Enma Colao, busca evitarlo con una protesta de ayuno
Enma Colao, presidenta de la asociación feminista Equal LGTBI+ de Gran Canaria, empezó su huelga de hambre este miércoles a las 10 de la mañana. Estará frente a las oficinas municipales de Mogán en Arguineguín, en la plaza Pérez Galdós, hasta que el Ayuntamiento que preside Onalia Bueno le busque una alternativa ocupacional a la entidad de reparto de alimentos que para familias sin recursos gestiona la asociación de vecinos Las Lomas de Arguineguín desde hace 11 años. Atienden a unas 500 personas a la semana, de 200 familias. Sin ese local se verán en la calle y no podrían seguir prestando ese servicio. Pero el Ayuntamiento es tajante. Su edil de Servicios Sociales, Tania Alonso, subrayaba ayer que no hay alternativa y que esas familias no quedarán desamparadas. Dice que el consistorio garantiza que serán atendidas.
La corporación local alega dos razones fundamentales: que el edificio arrastra serias deficiencias estructurales y de instalación eléctrica, y que el colectivo se ha negado hasta ahora a coordinarse con el Ayuntamiento para evitar duplicidades en las ayudas a las familias. Por su parte, tanto Colao como la presidenta de la entidad afectada, Jenni Hymoff, niegan la mayor. Subrayan que este colectivo trabaja de primera mano con el Banco de Alimentos, de reputado prestigio en el tercer sector, y que pasa frecuentes inspecciones de Sanidad y del Ministerio de Agricultura que acreditan que cumple con la normativa sobre conservación de los alimentos. Por contra, aseguran que es el Ayuntamiento el que no quiere coordinarse con ellos.
Según Hymoff, hace cinco años que Mogán quiere sacarlos de ese local y derribar el edificio, ante lo que el colectivo solo pide que les faciliten otra sede. El gobierno anterior ya les propuso un sitio en Motor Grande, pero no era viable. «Las familias tendrían que ir en guagua a Puerto Rico y caminar tres kilómetros a pie», apunta Hymoff. Cree que la fijación del consistorio es personal y no lo entiende. Tampoco Colao, que teme que se pierda una red de apoyo social de hace años en la que están implicadas empresas de la zona y hasta el futbolista David Silva, que les hace donaciones. En el local tienen aún 4.000 kilos almacenados.