El Cabildo de Gran Canaria ha celebrado que la isla haya registrado un descenso de la superficie quemada por grandes incendios forestales en los últimos años, de manera que en 2022 quedaron todos en conatos.
El Cabildo de Gran Canaria ha detallado en un comunicado que ha sido un descenso «significativo«, pasando »de las más de 10.000 hectáreas afectadas en 2019 a las 1.000 en 2020 y a las 2,5 que ardieron en 2022«.
Para la Corporación insular son «cifras muy positivas» en un logro en el que «ha contribuido la experiencia y el buen hacer de los especialistas de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales (UOFF) del Cabildo de Gran Canaria, la probada eficacia del Sistema Integral de Vigilancia Forestal (SIVF) 'Alertagran' que implementó la Institución insular y la actuación ejemplar que ha mostrado la ciudadanía«.
Tras los dos grandes siniestros que sufrió la isla en 2019 y que quemaron más de 10.000 hectáreas, y tras una campaña de 2020 «mucho menos virulenta» con un único incendio que afectó a 1.000 hectáreas de Tasarte e Inagua, durante 2021 se registraron cuatro incendios forestales y 18 conatos que dañaron poco más de 14 hectáreas, y en 2022 «se produjeron 23 conatos, en los que ardieron 2,5 hectáreas«.
Como ha señalado el director técnico de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, «si tenemos en cuenta que se considera conato aquel incendio menor a 10.000 metros cuadrados (1 hectárea), podemos concluir que en 2022 no hubo ni un solo incendio, solo conatos«.
«Con estos datos, siendo prudentes», ha dicho, «se puede decir que este ha sido uno de los mejores años de la historia conocida de la isla a este respecto«.
Como ha argumentado el Servicio de Medio Ambiente, no cabe duda de que el Gran Incendio Forestal (GIF), como evento catastrófico, tiene «un efecto traumático en la población así como en el ecosistema« y suele ser habitual que, en años posteriores a episodios de grandes incendios, la superficie quemada disminuya considerablemente.
Para Grillo, ha jugado un «papel esencial« la experiencia y la pericia de los especialistas en fuegos forestales del Cabildo, las unidades que los apoyan como los Bomberos y Protección Civil municipal, así como las nuevas medidas implementadas con 'Alertagran', la red de sensores para la detección temprana de todo tipo de incidentes que ha implantado en la Institución insular.
A lo anterior hay que sumar el «comportamiento modélico» de la ciudadanía, que cada vez está «más concienciada en materia de emergencias«, ha alegado, a los que ha trasmitido su »sincero reconocimiento« con la confianza de que »esta tendencia se afiance«.
A este respecto, las y los expertos del Servicio de Emergencias sostienen que la corresponsabilidad de toda la sociedad es esencial para prevenir estos siniestros, ya que tan solo con una agricultura potente en medianías y cumbres, acompañada de amplias franjas de pastoreo controlado y de zonas de monte sometidas a tratamientos silvícolas preventivos, será posible frenar los incendios y evitar que lleguen a los lugares más sensibles del territorio insular.
Por ello, han insistido en la necesidad de mantener limpios los 15 metros que rodean las viviendas de la vegetación seca que las pongan en peligro en caso de incendios y piden a toda la ciudadanía que consuma productos agrícolas locales, con el fin de impulsar el desarrollo del sector primario.
Por último, en este escenario, también han insistido en poner en valor las campañas de sensibilización y prevención llevadas a cabo por el Cabildo, que en 2022 giraron en torno a distintos eventos de concienciación como el estreno de una potente web informativa y formativa sobre la materia, apoyada en una campaña de publicidad institucional específica destinada a recalcar la importancia de estar preparados frente a los incendios forestales, entre otros.
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