La feria que hace del sureste una marca

Antonio Morales, presidente del Cabildo, esbozó esta idea este viernes, momentos antes del acto de inauguración de la 20 edición del que es el mayor escaparate de la artesanía y los productos agroalimentarios de Ingenio, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana. «Esta feria es el fruto de un trabajo y de una apuesta de la Mancomunidad del Sureste por potenciar el sector primario, un sector estratégico que formaba parte de la historia y de la identidad de esta comarca».

Recuerda, además, que cuando se creó la feria se buscó también «generar un sentimiento de orgullo y de pertenencia» que, a su juicio, ya ha echado raíces. «La gente se siente del sureste. Hay una marca común que nos identifica».

Como la marca que vende Schols, un producto de esta comarca que bebe, y se enriquece, de la mezcla de dos fuentes: de la experiencia familiar de sus padres, un matrimonio belga que regentó durante 30 años un restaurante; y de las vivencias de un crío que residió un tiempo cerca de las salinas de Tenefé y que se aficionó, primero a las sales y después a las especias. «Empecé hace seis años con un puesto de sales aromatizadas en Puerto Rico y ahora vendemos por media Europa».

Su caso ilustra el espíritu de todos o casi todos los que este fin de semana exponen sus mejores productos en los 150 puestos instalados en la Avenida de Ansite, la arteria principal del barrio más poblado de Agüimes. «El Cruce de Arinaga se convierte estos días en la capital de Gran Canaria», subrayó el alcalde, Óscar Hernández, que destacó en su discurso inaugural que esta feria es precisamente un buen ejemplo del efecto multiplicador que siempre genera la unión.

«Igual que la mancomunidad ha transformado radicalmente esta comarca en 30 años, esta feria logra una capacidad de convocatoria que no tendría por sí solo ninguno de los artesanos, agricultores y ganaderos que participan en ella», concluyó.

Su homólogo en Ingenio, José López, insistió en esa premisa. «Este evento es quizás de las pocas oportunidades que tenemos de exponerles las ventajas y grandezas de estar juntos», porque, como advirtió, «la Mancomunidad presta muchos servicios» que los que viven en los tres municipios no perciben realmente, desde la recogida de la basura al abasto.

Así llevan 20 ediciones, 20 casos de éxito que prueban que la comarca atrae a gentes de toda la isla deseosas de consumir identidad, valores y calidad, ingredientes que se perciben en todos los productos que pueden adquirirse en esta feria. Ese sello lo tienen y la fama, también, pero los alcaldes sienten que pueden aportar algo más. Por ejemplo, para vender las excelencias de la gastronomía que se hace y que se come en los tres municipios. Con ese objetivo, Francisco García, regidor de Santa Lucía, hizo ayer de pinche de Yeray Reyes para elaborar una mousse de chocolate con crumble de limón.

El propio García lo anunció a los presentes durante su intervención en el acto inaugural. Avanzó que su compañero Óscar Hernández hará lo propio con unas carajacas este sábado y terminó echando un chascarrillo con la misión de López, el de Ingenio. No estaba previsto que se atreviera a ponerse el delantal, pero al final acabó animándose y este sábado cortará el ajo y las cebollas para el plato que preparará La Jícara en el marco de Cocinando el Sureste, el rincón gastronómico de la feria que corre a cargo de la empresa Gastronomic Proyects.

Los puestos de la feria estarán abiertos este sábado desde las 10.00 a las 21.00 horas y mañana domingo, desde las 10.00 a las 15.00 horas. No hay excusas para no darse al menos un salto.

Soraya Sánchez no daba avío desde bien temprano. El tirón del premio que se llevó al mejor queso de cabra del mundo, como así se le reconoció en la última edición de la World Cheese Awards, atrajo a decenas de clientes hasta su puesto. Le quitaban de las manos todos los quesos que trajo a la feria, pero no pudo ofertar el Luisita, el del premio. Lo tiene completamente agotado. Los únicos afortunados en degustarlo fueron los que se abrieron hueco en la comitiva inaugural y pillaron un cachito después de las autoridades en la carpa institucional. El Ayuntamiento de Agüimes estuvo listo y se hizo con un par de ejemplares para obsequiar a sus invitados.

«Ya estamos haciendo otra vez. Es un curado de cabra, así que necesitaremos al menos tres meses o cuatro para tenerlo otra vez a la venta, pero lo volveremos a tener», aclaró Soraya con ánimo tranquilizador.

Mientras tanto, Arquegrán, que es como se llama la empresa que regentan Soraya y su marido, daba a elegir a sus clientes entre un exquisito muestrario de quesos semi de mezcla de cabra y de vaca. «Los hay de nueces, almendra, pistacho, pimentón, tuno indio, ahumado, fina hierba, gofio, mezcla de cuajo...». La lista es tan larga como apetitosa, así que quien quiso no se fue de balde. No se llevó el Super Gold Luisita, pero sí la garantía de calidad de quien produce el mejor queso del mundo, como presume Arquegrán con un cartel al fondo de su puesto.

Soraya no falta a una feria y ésta, encima, le queda a tiro de piedra de su quesería, ubicada en el mismo Cruce de Arinaga. Algo parecido le pasa a María Teresa Pérez, que también reside en el barrio, aunque en su caso se estrena. «Es mi primera vez, vengo a darme a conocer y a disfrutarla».

Mientras que Soraya se metió en el mundo de los quesos de la mano de su marido, a María fueron las circunstancias de la vida las que le llevaron a la artesanía. «Ha sido la necesidad, a mi hija pequeña le diagnosticaron autismo y me vi en la obligación de dejar de trabajar para dedicarle más tiempo». Hizo un curso de costura, le gustó y ahora se dedica a hacer bolsos, estuches, pañaleras, neceseres, de todo un poco. Trabaja por encargo, pero para esta feria lanzó una línea de productos inspirada en llamativas telas sobre series infantiles de los años 80, desde Heidi a Mafalda.

Le va bien, pese a que está empezando. Quizás aspire a lo que ha conseguido Saray Alvarado, una artesana de Santa Lucía de Tirajana que vive de su joyería sostenible. «Esto no es para hacerse uno rica, pero para vivir está bien». Usa material orgánico, como semillas, caracolas y fibra de platanera y de palmera, aunque también se atreve con el aluminio reciclado para recrear pintaderas o siluetas de varias de las islas canarias.

Entre los que se estrenan está también el puesto de Leche Sandra, con la diferencia del aval que le garantiza la reputación de una marca tan arraigada en la isla. Joaquín Casco y Paloma Alonso recalcan las excelencias naturales de sus yogures, sus botes de kéfir, su mozarella o su leche fresca. Todos fruto de vacas seleccionadas genéticamente que viven en una granja con el certificado de bienestar animal. Otro claro producto con el sello 'made in' sureste.