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La autora de la escultura erigida en una zona de rocas de la playa de la Molina o Lomo Galeón, en San Bartolomé de Tirajana, ha remitido un escrito a este periódico que, en realidad, va dirigido a los gestores del Ayuntamiento en el que les trata de explicar que su obra no pretendió ser una «violación de la costa, sino una contribución cultural», solo quería hacer «más hermosa» la cala. La Policía Local la ha denunciado por «atentado medioambiental» y tiene previsto destruirla estos días.
La artista, que responde al nombre de Lea y que se encuentra ya de vuelta en Alemania, ruega en un tono muy educado por la posibilidad de abrir un diálogo que permita que el Ayuntamiento acepte la escultura. «Siento mucho si no está conforme a la ley y más aún si ofendí a la autoridad municipal», pero aclara que ni siquiera ella publicó nada en redes sociales. «Solo le pedí a alguien que documentara mi proceso con un dron e incluso le solicité que no lo promocionara».
El edil de Seguridad, José Carlos Álamo, no discute las buenas intenciones de la artista, pero deja claro que la competencia en esos terrenos a la orilla del mar la tiene Costas y que a ellos les toca cumplir la ley. «Tenemos que dejar la playa como estaba». En principio, estaba previsto que los operarios bajaran este jueves a retirar la escultura, pero ciertas complicaciones obligaron a aplazarlo.
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Lea explica que hace un año encontró esta playa y que se sentó allí «sintiendo que es uno de los lugares potencialmente más bellos del sur» de la isla. Lo cierto es que estaba «totalmente sucia y llena de basura», así que se decidió a limpiarla.
Tuvo la sensación de que estaba siendo usada como «vertedero de materiales y productos químicos» por algunas empresas. Estuvo dos semanas adecentándola y fue entonces cuando pensó que dado que «la civilización le había faltado el respeto a este lugar», podría contribuir a que la gente le diera valor «si instalaba algunas obras de arte y la ponía en contacto con su historia».
Y dice que lo consiguió. Cuando este año regresó a la playa se la encontró muy limpia y con más gente que la disfrutaba. En ese contexto decidió construir una estatua «como un recordatorio de la belleza y la historia».
Deja claro que ella es «muy consciente» del medio ambiente y que solo usó materiales naturales. «No tiré ninguna basura ni en la playa ni en el océano; amo la naturaleza y la historia; invertí mi tiempo y dinero solo para hacer este lugar más hermoso y más respetado por la gente». Y también subraya que no ha buscado el reconocimiento ni el elogio, «solo una forma de conmover los corazones de las personas».
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