En ese contexto, en noviembre de 2020 el general Espinosa pide a M. A. una «tarjetita esa de gastos, esa, la buena...», insistiendo seguidamente: «Acuérdate de traerme una». Se refiere a una de las tarjetas de pagos de difícil rastreo que integrantes de la trama utilizaban y donde los empresarios que pedían favores acaban pagando. En concreto, son tarjetas prepago Mastercard comercializadas por Correos. Este órgano estatal tiene para ello un contrato de servicios de agencia de dinero electrónico con la sucursal española de Prepaid Financial Services PFS Card Services Ireland Limited.
«Esto es un esfuerzo que ha hecho Antonio Bautista porque ahora mismo está la cosa que tiene que hacer un trabajo, firmar algo ya, porque él tenía unos presupuestos»
Ese mes se produce una conversación en la que el empresario Antonio Bautista que acredita que este habría sufragado viajes del general Espinosa a través de una tarjeta, con el añadido de que el militar prefería el dinero en metálico. «Mire, mi general», se oye a M. A. relatándole a Bautista un diálogo previo con el general, «yo le voy a ser claro, esto es un esfuerzo que ha hecho Antonio Bautista porque ahora mismo está la cosa que tiene que hacer un trabajo, firmar algo ya, porque él tenía unos presupuestos». «Está la cosa apurada, sí», subraya el empresario.
«El otro día le di un secretazo (...) cómo cojones que 'no me llaman', tienes que ir tú, tienes que ser tú el que sea la mosca cojonera»
En otro pasaje, fechado en enero de 2021, el militar advierte al intermediario que si él hace una llamada, hay que contestarle: «Escucha, y si no me coges el teléfono, me tienes que devolver la llamada». Después, más relajado, habla de la habitación de hotel que le están pagando los empresarios: «La habitación está muy bien, me gusta».
«Escucha, y si no me coges el teléfono, me tienes que devolver la llamada»
A renglón seguido, el alto mando de la Guardia Civil relata una conversación que tuvo con Antonio Bautista sobre un negocio para instalar placas solares, en el que el militar había intermediado: «El otro día lo llamé y le di un secretazo (...) ¿Cómo están los asuntos (...)? 'Ah, no sé, no me llaman'... cómo cojones que 'no me llaman', tienes que ir tú, tienes que ser tú el que sea la mosca cojonera».
También aparece un mensaje de móvil del general en el que comunica a su interlocutor que «el material llegó».
«La habitación está muy bien, me gusta»
El general Espinosa es el único de los investigados que se encuentra en prisión. Su papel en la trama se centra en intermediar, a cambio de pagos y otros favores, para instalar paneles fotovoltaicos y otros negocios, así como orientar las inspecciones del Seprona en explotaciones ganaderas.
Francisco Suárez Álamo Francisco José Fajardo
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