«¿Queréis contarle algo a la ministra de Defensa?»

A la pregunta del coronel del Soria 9 pocos contestaron voluntariamente y fue la propia ministra de Defensa quien preguntó de forma directa a los militares que esperaban por ella en la escalinata del patio de armas del cuartel capitalino. A un recién ascendido Santana a mecánico fue ella quien le preguntó si estaban esperando por los nuevo vehículos blindados de combate 8x8, al oficial médico Fernández cuánto tiempo le quedada en el Soria 9 y con el pater Vargas departió sobre los cursos de promoción que impartieron por las tardes. «Y ya no pongo a nadie más en el compromiso de hablar conmigo», zanjo la ministra.

Fue el momento menos protocolario de una visita al regimiento compuesto por 606 militares, de los cuales 10.23% son mujeres, que resultó un acto netamente castrense puesto que a la ministra Robles no la acompaño ninguna autoridad civil de Fuerteventura. Sin embargo, sí estuvo arropada por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general Amador Enseñat de Berea; el teniente general Julio Salom Herrera, jefe del Mando de Canarias, Ceuta y Melilla; y el coronel Isaac López García, del Soria 9, que ejerció de anfitrión.

En su calidad de responsable del regimiento de infantería acuartelado en Puerto del Rosario desde 1996, López le dio la bienvenida a una ministra de Defensa que adelantó el horario de su visita porque después se dirigía al incendio de La Palma. «En nombre de mi gente, muchas gracias por venir».

Tras conocer la historia del Soria 9, Margarita Robles agradeció la labor del regimiento «en el pasado, en el presente y en el futuro: Canarias no se puede entender sin el Ejército de Tierra y no puede estar más tranquila porque el Ejército está aquí». Aparte de agradecer su dedicación militar, la ministra de Defensa aseguró sentirse «orgullosa por el trabajo y la vocación social» del regimiento en la erupción de La Palmas y en la operación Balmes.

Para el final, dejó la ministra la aclaración de que, a pesar de Fuerteventura es puerta de entrada de personas migrantes que perecen muchas veces en la travesía, la inmigración no es la misión del Ejército. «Cuando ha habido algún problemas con estos ciudadanos, ha realizado labores humanitarias. La inmigración es un problema de muchísimo calado que requiere una política conjunta de toda la UE y que exige una tolerancia cero contra las mafias».