La Oliva, refugio de las bombas rusas para 16 huérfanos
Mientras dure la guerra, el Ayuntamiento majorero se ocupará de los niños, casi todos adolescentes, aunque hay una menor acompañada de apenas 18 meses
Tienen entre 18 meses y 17 años y todos llevan en la mirada la huella de la guerra. Tras más de quince días de viaje -y en silencio- aterrizaron procedentes de Budapest con tres adultos en el aeropuerto de Fuerteventura donde el Ayuntamiento de La Oliva los acogerá.
En el albergue de El Cohombrillo, entre Lajares y Villaverde, una ciudadana ucraniana residente en La Oliva ya les estaba preparando la cena. En total, 17 menores ucranianos han venido a refugiarse de las bombas mientras dure la guerra en su país, pero una de ellas, la más pequeña, de 18 meses, viene con su madre, que es trabajadora del orfanato donde vivían, a 30 kilómetros de Kiev, demasiado cerca de la guerra y de los bombardeos rusos.
Todos, niños y adultos, están por fin a salvo gracias «a la solidaridad de la ciudadanía de Fuerteventura y de La Oliva», confirma la alcaldesa Pilar González, quien acudió al aeropuerto a recibirles junto a Natalia Karpukhina, una de las quince personas de origen ucraniano residente en el municipio del norte. Natalia acudió a la llamada del Ayuntamiento, que por redes sociales inició una campaña de recogida de material con el pueblo devastado por la guerra y contó que conocía del orfanato cercano a Kiev cuyos niños necesitaban un lugar seguro, a salvo de bombas y muerte.
Natalia ha vivido en primera persona la guerra porque estaba en Kiev cuando estalló la guerra. Su marido se quedó allí combatiendo y ella consiguió regresar a Fuerteventura con sus hijos, pero no dejó de preocuparse de estos huérfanos y de intentar traerlos.
El Consistorio de La Oliva se puso en contacto entonces con el Ministerio de Asuntos Sociales de Ucrania para poder acogerlos mientras ellos ya habían iniciado su éxodo que les llevó a permanecer una semana en un campamento de refugiados de Hungría. Mientras la tramitación de acogida se alargaba, al Ayuntamiento seguía llegando la solidaridad de los vecinos del municipio y del resto de Fuerteventura, «incluso de Gran Canaria nos llegó por barco una furgoneta cargada de ropa, juguetes, medicinas para niños y alimentos», destaca la primera edil.
Los menores, en su mayoría adolescentes, permanecerán en La Oliva mientras dure la guerra y luego volverán a su país, confirma también la alcaldesa Pilar González. En el albergue de El Cohombrillo, los voluntarios de Protección Civil de La Oliva se ocuparán de los chicos a los que también el Ayuntamiento les facilitará asistencia psicológica.
Ahora, con los 17 menores y los tres adultos en La Oliva, la Corporación del norte majorero pide la colaboración económica para acogerlos en lo que se prolongue la ofensiva de sangre y muerte de Rusia.
