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Miguel, con la camiseta del 40 aniversario de su carrera hasta el santuario. Javier melián / Acfi Press
«Voy con el corazón» : Miguel Valdivia cumple 40 años de peregrinar corriendo a la Peña

«Voy con el corazón» : Miguel Valdivia cumple 40 años de peregrinar corriendo a la Peña

Fiestas patronales ·

A las 5.30 del día de la patrona insular, volverá a correr los 35 kilómetros hasta el santuario para pedir paz y salud

Catalina García

Puerto del Rosario

Martes, 13 de septiembre 2022, 23:15

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«Paz: que se acabe la guerra» es lo que pedirá Miguel Valdivia Montañez a la Virgen de la Peña cuando este sábado llegue corriendo desde su casa en Puerto del Rosario hasta la misma puerta de la ermita de la patrona insular en Vega de Río Palmas. La carrera cumple 40 años en base al tesón de este majorero que, como cada tercer sábado de septiembre, el amanecer le coge escuchando su propio esfuerzo y conectando con su cuerpo «y con la Virgen para que me ayude a llegar. Yo voy con el corazón».

Son 35 kilómetros de carrera, pero no unos 35 cualesquiera porque en los Llanos de la Concepción le aguarda la subida al macizo de Betancuria «que eso es más que una maratón, de todo el esfuerzo que requiere». La hora de salida se la marca el propio Miguel Valdivia (Triquivijate, 1960) según vea cómo se levante el día, si más fresco o con más bochorno: «Si veo que fresquito, empiezo a las seis, pero, si noto el calor a esa hora, arranco a las cinco y media».

Dos horas y 50 minutos más tarde, la botella de agua y el huevo duro que un particular le da en Valle de Santa Inés, llega a la meta física y espiritual del santuario de Vega de Río de Palmas. Así desde hace 40 años.

Miguel entrena por las curvas de Betancuria, la subida más difícil de su carrera. Javier melián / acfi press

Miguel empezó con 22 años su particular y solitaria carrera hasta la Peña. Primero, el viernes de la peregrinación, «pero no podía sostener el ritmo entre la gente caminando y los saludos de unos y otros». Por eso, eligió echarse a correr por la carretera y ni siquiera lo paró la covid-19, siempre bajo la atenta mirada de Protección Civil y Fernando Molina.

«De la primera vez, recuerdo que era más joven y no dosificaba mucha la fuera. Ahora, con la experiencia de todos estos años, tengo mayor control y preparo más cuerpo, mente y espíritu: con los tres he alcanzado la unidad, de eso se trata, para estar bien».

Precisamente corriendo iba de la Rosa del Taro a Triquivijate a por azúcar, aceite, pan y otros mandados de su madre a la tienda cuando era pequeño. Desde entonces, le fue cogiendo el gustillo y no ha parado. Sin ir más lejos, este verano recorrió 570 kilómetros en Costa Rica, desde el Pacífico hasta el Caribe sur.

Como no toda va ser esfuerzo, al llegar al santuario este sábado le espera una paella en la carpa de los peregrinos por sus 40 años, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Betancuria. «Cada cinco años de carrera, prometí organizar una comida tras la misa principal de la Peña con el obispo».

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