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A la reanudación de la línea marítima entre los muelles de Puerto del Rosario y Tarfaya, en Marruecos, le ha salido un nuevo adalid: Coalición Canaria en Fuerteventura. En defensa de la conexión salieron el presidente canario Fernando Clavijo, el vicepresidente y consejero regional de Economía, Manuel Domínguez, y la primera mandataria majorera, Lola García, después de que la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias) la rechazara por los riesgos de plagas y enfermedades para el campo y la ganadería por la falta de controles sanitarios en los puertos. Al colectivo, se sumaron el consejero canario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero, y el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
El rechazo a la línea con Tarfaya es «miope e insolidario» con Fuerteventura y parte, en el caso de Asaga y otros, de colectivos con «escasa o nula representación» en el sector primario majorero. «No se pronunciaron del mismo modo cuando la conexión marítima con Tarfaya quiso plantearse desde el puerto de la Luz en Gran Canaria», señala el secretario insular nacionalista, Mario Cabrera.
Esas organizaciones han «demonizado» este futuro nuevo trayecto comercial argumentando que se convertirá en la entrada de plagas, que propicia la competencia desleal y que supone un perjuicio para el sector primario de Canarias. Sin embargo, CC sostiene que la apertura de esta nueva línea, que acerca al archipiélago con el continente vecino, «supone un avance y una mejora en el comercio y el desarrollo económico de las islas».
Canarias existen 90 plagas conocidas y «ninguna de ellas entró por Fuerteventura». CC afirma que la más perjudicial y dañina es la polilla guatemalteca importada en las papas, que «tampoco entró por aquí».
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