El calendario de los residuos: compostaje, en verano; y clasificación, en dos años

El responsable insular anuncia que la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias realizará una nueva contratación a la empresa pública Tragsa para la finalización de la citada planta de clasificación en el complejo medio ambiental de Zurita, en el municipio de Puerto del Rosario. «El contrato anterior tenía de fecha el 30 de junio, por eso tuvimos que liquidarlo y ahora vamos a encargárselo otra vez, para lo que ya nos reunimos con Tragsa y el Ejecutivo autónomo que nos comunicó que si el Cabildo estaba de acuerdo en que se le diera otra vez».

Pérez Brito detalla que Tragsa se encontró en 2021 con una cantidad importante de actualizaciones de la obra de la planta de clasificación «que no se habían hecho, por eso, ahora que tienen la información al día, coincidimos con el Gobierno canario en que no le vamos a quitar la obra». Aunque la obra civil de esta planta de clasificación de residuos está avanzada, tropezó con que el concurso de adquisición de su maquinaria se quedó desierto.

Este obstáculo obliga a retrasar el plazo de finalización a por los menos 18 meses, que en la primera licitación se fijó en doce meses y por eso se quedó desierta. «Con los actuales retrasos de transporte de materiales, las empresas no se hacían responsables de servirnos las maquinarias de esta planta de clasificación en los doce meses iniciales», detalla el consejero Enrique Pérez.

Más deprisita se pondrá en marcha la otra planta en el complejo ambiental de Zurita, en el municipio capitalino: la de compostaje, que podrá estar en funcionamiento en agosto de 2024. «Esta obra es fundamental para cumplir con la nueva normativa europea del quinto contenedor».

El llamado quinto contenedor es de color marrón y servirá para depositar los restos orgánicos para aprovechar los biorresiduos. Los tipos de residuos que acabarán en el marrón son dos: los residuos biodegradables y los desechos orgánicos.

Los biodegradables son aquellos residuos de alimentos como cáscaras y pieles de frutas, restos de carnes, pescados, verduras, posos de café o restos de infusiones, entre otros. Los orgánicos, por su parte, son papeles y cartón manchados de grasa o aceite, pequeños restos vegetales de flores y hojas.