«No hace falta venir, la Virgen está con todos»

La Virgen nos va a acompañar siempre, así que no hace falta venir ni hoy ni mañana. Apelemos a la prudencia». Estas palabras corresponden al párroco de Teror, y seguramente nunca se imaginó que llegaría un día en el que tendría que pronunciarlas. Pero es lo que toca este año, pedirle a la gente que se abstenga de subir al pueblo en su fecha más importante. Aunque Jorge Martín de la Coba recalca la súplica: «No le decimos a la gente que no suba, pero sí que evite los días grandes. En esta edición excepcional tendremos a la imagen con nosotros hasta el 12 de octubre, por lo que debemos aprovechar todo este tiempo y espaciar las visitas para evitar las aglomeraciones», razona.

Evitar las aglomeraciones, esa es la principal obsesión de la basílica, la diócesis, el Ayuntamiento... De todos. Preocupa mucho el constante incremento de número de positivos en la isla y no se va a permitir que estas fiestas supongan un nuevo foco de contagios. «La pandemia no pinta nada bien, por lo que, aunque duela, toca realizar un ejercicio de responsabilidad por nuestra parte», continúa De la Coba, compungido por cómo se presentan estas fiestas tan singulares. «No es fácil vivir estos momentos, el pasado sábado también debería haber sido un día importante con la bajada de la Virgen, pero tampoco se pudo llevar a cabo», amplía. Y es que la imagen lleva en el altar desde el 15 de agosto y tras un descenso sin ceremonia alguna. «Pero lo importante es que la Virgen sigue dando el consuelo y la caricia con su mirada a todo el que lo necesita. Muchos se van con lágrimas en los ojos después de tenerla cerca, abrumados por todo lo que estamos viviendo», amplía el sacerdote.

Aunque eso sí, revela que no ha notado demasiado pesar entre los feligreses por la cancelación de los actos. «La gente no está para fiestas, lo que quiere es salir de esta situación. Está concienciada de que lograrlo depende de todos, y por eso estoy muy contento con el comportamiento que ha tenido la mayoría en las visitas a la basílica», celebra. Eso sí, pide continuidad en un día llamado a ofrendar a la Virgen del Pino sin festejos. «Tocará seguir los actos por las teles, radios y medios digitales. El aforo de la iglesia será muy limitado y no valdrá la pena venir. Las promesas también se pueden hacer en días de menos solemnidad», concluye Jorge Martín de la Coba, el párroco de Teror que pasará a la historia por haber tenido que lidiar con las fiestas más atípicas que ha vivido jamás el pueblo.