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Refugiados ucranianos escolarizados en Alcalá de Henares. Óscar Chamorro
«Las familias del colegio se han volcado con los refugiados de Ucrania»

«Las familias del colegio se han volcado con los niños refugiados de Ucrania»

ODS 17 | ALIANZAS PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS ·

En 24 horas, el colegio complutense Lope de Vega se puso en marcha para recibir a los primeros refugiados ucranianos que ya aprenden español en sus aulas

José A. González

Alcalá de Henares

Miércoles, 23 de marzo 2022, 06:03

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«Мене звати Арсен, мені 14 років. Зараз я живу в Алькала-де-Енарес і навчаюсь у школі Lope de Vega», responde Arsen, un joven refugiado ucraniano de 14 años. Arsen es uno de los mayores del grupo de siete menores que ha llegado a este centro complutense. «Me llamo Arsen y tengo 14 años. Ahora vivo en Alcalá de Henares y estudio en el Colegio Lope de Vega», añade tras grabar la frase en su lengua materna.

Desde hace poco más de 15 días, en los pasillos de este 'cole' se escucha a primera hora más allá de los buenos días en español se suma también su versión ucraniana: «Добрий день». A las 9.00 de la mañana, la sirena suena en el centro y es hora de comenzar la jornada lectiva.

Los 1.300 alumnos llegan a sus aulas por diferentes puertas respetando los protocolos Covid-19 con los que ha tocado convivir desde el pasado 2020. Entre este millar se encuentran Vlad, Daryna, Macar, Lidya, Arsen, Maxim y Oleksandra, aunque ella prefiere que la llamen Sasa.

«Trabajamos para que su día a día sea lo más normal posible», explica Natalia Cónsul, directora titular del Colegio Lope de Vega. Su horario es una inmersión total en español. «No tienen ninguna base en nuestro idioma», apunta Carmen Domínguez, directora de Infantil y Primaria. Su día a día, de momento, pasa entre fichas donde se explica queручкаes lápiz oвчителькаes profesora. «Mantener una conversación fluida con ellos es complicado», apunta Domínguez. «Hemos pedido a la Consejería de Educación un traductor para el aula de enlace», apunta Cónsul, «esperemos que no tarde mucho», añade.

Un cambio en 24 horas

La madrugada del jueves al viernes en España llegaron las primeras alertas del este de Europa. Los titulares avanzaban lo que estaba por llegar: «Rusia ataca Ucrania». «Ha sido todo muy rápido», comenta la directora titular del colegio complutense.

Con poco menos de 30 días de invasión rusa en Ucrania, España ha acogido «en torno a 25.000 refugiados», asegura el ministerio de Inclusión y Seguridad Social. «La Comunidad de Madrid ha escolarizado a 618 estudiantes», aseguran fuentes regionales. «Nosotros tenemos escolarizados siete, pero esperamos más y estamos preparados para recibir más», apostilla Cónsul.

La vida de 40 millones de ucranianos cambió de la noche a la mañana, la de la comunidad educativa del Lope de Vega también. «A los pocos días vino una abuela ucraniana que trabaja en servicio doméstico aquí en Alcalá», recuerda la directora. Su petición era simple, pero a la vez complicada.

«Nosotros tenemos escolarizados siete refugiados ucranianos, pero esperamos más y estamos preparados para recibir más»

Natalia cónsul

directora titular del Colegio Lope de Vega

Sus nietos venían solos de Ucrania, habían cruzado la frontera y estaban de camino por Europa a esta ciudad a 30 kilómetros de Madrid. «La primera decisión estaba tomada al instante que era acogerles», apunta Cónsul. Ahora quedaba la logística educativa, psicológica y también de materiales.

La petición de la abuela fue escuchada por la dirección, pero también su eco resonó más allá de los muros del centro. «Las familias del centro se han volcado», apunta la directora de Infantil y Primaria. «En 24 horas el dispositivo estaba montado», narra Cónsul. «Llevamos unos 15 días en los que, creo, estamos acertando», añade.

En estas dos semanas, el Colegio Lope de Vega ha habilitado un aula para impulsar la inmersión de los jóvenes en el castellano. «En este sentido teníamos algo de experiencia, porque tenemos alumnos chinos y surcoreanos que tienen la necesidad de aprender castellano», comenta Natalia Cónsul.

Ahí entra en juego Alejandro Muñoz, profesor de inglés y castellanización. «Nunca me había imaginado enfrentarme a esta situación», apunta. «Te enfrentas con empatía, amoldándote a ellos y entendiendo su contexto complicado», señala.

Refugiados ucranianos en clase de castellanización.
Refugiados ucranianos en clase de castellanización. Óscar Chamorro

Su jornada laboral transcurre entre fichas con palabras en español y ucraniano, su herramienta una pizarra digital y unos iPads, que, a su vez, sirven de traductores. En otras ocasiones es el propio Arsen el que, gracias a su inglés, traduce a sus compañeros. «También nos ayuda un chico ucraniano que ya estaba escolarizado en el centro», advierte Domínguez.

Ayuda integral

Desde que cayeron las primeras bombas en Ucrania, Vlad, Daryna, Macar, Lidya, Arsen, Maxim y Oleksandra iniciaron una nueva vida. Un comienzo «en el que se les ha quitado lo que más quieren: su pueblo y su familia», denuncia Jesús Calvo, asesor de la directora titular y pedagogo en el centro.

Los primeros días, asegura Calvo, «llegaron asustados y encogidos». Tras, en el peor de los casos, más de 4.000 kilómetros en coche, furgoneta o autobús llegan «con una importante situación de desarraigo y ansiedad», Marina Aguilar, orientadora de Primaria.

El trabajo del departamento de Aguilar está centrado en un seguimiento de los jóvenes y dinámicas de integración con el resto de alumnos. «Todos sus compañeros son conscientes de lo que está pasando en Ucrania y entienden a la perfección qué necesitan calor y ayuda», María Jesús Martínez, directora de secundaria y bachillerato del Colegio Lope de Vega. «La verdad es que están deseando ir al aula con sus compañeros», añade.

En este caso, los siete jóvenes refugiados comparten materias como educación física, música y plástica con el resto de alumnos del centro. «En estas asignaturas no es tan necesario saber el idioma», asegura la directora del centro.

Sin embargo, el trabajo más allá del conocimiento es aún laborioso. «Cada uno depende de su situación familiar», expone Aguilar. «Todos tienen un apoyo de su familia en España», asegura Cónsul.

«Alcalá de Henares está al lado de la base aérea de Torrejón, el otro día pasó un avión militar y al escucharlo una de las niñas se echó al suelo»

Natalia Cónsul

directora titular del Lope de Vega

La madre, la abuela o las dos figuras paternas, padre y madre. «Pero, muchas veces hacen preguntas para las que no tenemos respuesta», revela Calvo. «Estamos trabajando en hacerles ver que este es un lugar seguro donde no hay bombas ni ruidos», apostilla.

La adaptación al nuevo centro y a su nueva situación es «esencial», responde Marina Aguilar. «Han vivido situaciones duras», añade. Borrar el miedo es complicado, «Alcalá de Henares está al lado de la base aérea de Torrejón, el otro día pasó un avión militar y al escucharlo una de las niñas se echó al suelo», cuenta Natalia Cónsul.

«Estamos trabajando en todo esto», asegura la directora de Infantil y Primaria. «Vamos por el buen camino, ahora se les ve sonreír algo más», destaca. La sonrisa es el espejo del alma y «la paz comienza con una sonrisa», decía la Madre Teresa de Calcuta.

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