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Una niña senegalesa llena unas bolsas con agua potable para venderlas al público en una tienda de una carretera de Dakar, Senegal. EFE
El sector del agua embotellada genera 25 millones de toneladas de envases de plástico sin reciclar

El sector del agua embotellada genera 25 millones de toneladas de envases de plástico sin reciclar

La Universidad de Naciones Unidas advierte de la explotación de las aguas subterráneas en localidades «que no tienen muchos recursos hídricos»

Jueves, 16 de marzo 2023, 14:00

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350.000 millones de litros de agua en 600.000 millones de envases de plástico, estos son los números que dejó en 2021 el mercado del agua embotellada. Un total de 25 millones de toneladas «que no se reciclan sino que se desechan en vertederos o como desechos no regulados», advierte la Universidad de Naciones Unidas. Daño al medioambiente representado en estas cifras y que también dejan huella en su origen: «Las empresas de agua embotellada operan en lugares donde las comunidades ya sufren escasez de agua potable», alertan los autores del informe del Instituto de Agua, Medioambiente y Salud de la ONU.

 

En todo el mundo, la principal fuente del agua embotellada son las reservas subterráneas del líquido elemento y «más de 2.000 millones de personas en todo el planeta dependen de estas aguas subterráneas», apunta la Universidad de Naciones Unidas. Un conflicto que ya enfrenta a comunidades locales con las grandes empresas, porque de los 350.000 millones de litros de agua extraídos en 2021 salieron en gran parte de las aguas subterráneas del planeta. «En países como Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá e Indonesia constituye del 70% al 85% de toda el agua embotellada», apunta la investigación. Sin embargo, no es la única fuente escogida, «ya que en muchos casos estos pozos están contaminados». Es lo que ocurre en China donde la extracción de la materia prima se realiza a través de embalses y lagos.

Una extracción que, en muchos casos, «supera las tasas de recarga natural», comentan los autores. Aunque, el principal responsable de este déficit es la agricultura de regadío, según Naciones Unidas, «el uso de agua embotellada también tiene un impacto local en los recursos hídricos», añaden. La rápida expansión de la industria en las últimas décadas ha dejado obsoletas las normas nacionales para la protección de estas fuentes de suministro del líquido elemento. «La debilidad de la regulación, particularmente en el sur global, aumenta la presión sobre los recursos locales con poca o ninguna contribución al suministro sostenible a largo plazo».

Los puntos de extracción van desde los Alpes franceses hasta Florida o, incluso, los manantiales de las montañas de Changbai. «Las extracciones totales por parte de Coca-Cola o Nestlé en 2021 se estimaron en alrededor de 300.000 y 100.000 millones de litros respectivamente», denuncian los autores de la Universidad de Naciones Unidas. «En algunas de estas regiones, las comunidades dependen por completo del agua subterránea para sus vidas».

Es el caso de Pakistán en la ciudad de Bhati Dilwan, al sur del país, donde Nestlé disminuyó el nivel de las aguas subterráneas de 30 a 120 metros entre 2003 y 2016 «privando a los locales de fuentes accesibles de agua subterránea», revela el estudio. «Terminaron consumiendo el agua embotellada de Nestlé», añade. O más cerca, en Chiapas (México), donde desde 1994 Coca-Cola posee más del 30% de los recursos «usando 1 millón de litros de agua al día». «Los pozos se están secando y las comunidades no tienen acceso a agua potable y consumen refrescos», advierten los autores del informe.

El triunfo del plástico

Lejos queda el beber agua de botella como un mercado de nicho en el S.XVI en Europa, fecha donde se vendía en vidrio y sólo para ocasiones especiales. Sin embargo, no fue hasta la década de los 70 del pasado siglo cuando el plástico desplazó al vidrio como el envase preferido por las empresas del sector. El interés por este mercado ha ido creciendo con el paso de los años y con el crecer de la facturación: «La previsión es que a partir de 2022 el ritmo de aumento sea del 7% y alcance los 500.000 millones de dólares entre 2023 y 2030». Una expansión que, además, queda reflejada en el crecimiento de los residuos del sector donde en tan solo dos años la cifra se ha duplicado de 300.000 millones de botellas a 600.000 millones.

 

En total 25 millones de toneladas de plástico que acaban en el vertedero, aunque cada vez más los proyectos de reciclaje de envases son una prioridad en las grandes firmas y los gobiernos. La Ley 7/2022 del Ejecutivo de Sánchez señala que desde este año los establecimientos de hostelería y restauración tendrán que ofrecer siempre a los clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del propio establecimiento. Aunque, «es probable que la contaminación plástica continúe en los próximos años», destaca la Universidad de Naciones Unidas.

Lujo frente a necesidad

El agua embotellada es una opción común para el autoabastecimiento para zonas del planeta «donde el acceso a este recurso es limitado por parte del sector público». Cerca de la mitad del mercado mundial de estos productos se concentra en Asia-Pacífico, especialmente Indonesia, Tailandia y Filipinas. «Esta población tiene bajo nivel de acceso a fuentes de agua», comentan los autores. «Los sistemas públicos de abastecimiento en los países de ingresos bajos o medianos necesitan mejoras», apostillan.

 

En algunos países, casi la mitad del acceso al agua potable se hace a través de envases. «En el sur global este mercado cubre la necesidad de la falta de este recurso sin contaminar, mientras que en el norte es por un producto más saludable y sabroso que el agua del grifo», detallan los autores. Una percepción, esta última, que «puede estar influenciada por campañas engañosas donde aseguran que el agua embotellada es una fuente incuestionablemente segura».

Sin embargo, el informe ilustra que ha habido «numerosos casos de contaminación inorgánica, orgánica y microbiológica en cientos de marcas de agua embotellada de todos los tipos existentes y a menudo excedía los estándares locales o globales», señalan los autores.

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