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Un método en cuatro pasos para vencer los miedos

El psicólogo Rafael Santandreu desgrana en su último libro la terapia de exposición como vía para liberarse de los ataques de ansiedad

Domingo, 11 de julio 2021

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El miedo es humo. En realidad, todas las emociones negativas lo son. Son creaciones de nuestra mente que desaparecerán de forma aparentemente milagrosa si dejamos de temerlas, si nos podemos cómodos en su presencia». En estas frase se resume la esencia de la terapia que propone el prestigioso psicólogo Rafael Santandreu en su última obra 'Vivir sin miedo es posible' (Grijalbo).

Parecería atrevido en una época en la que el Covid-19 ha llenado de desazón la vida de la población. Pero la clave para controlar la ansiedad pasa por aprender a convivir con eso temores. Los hay de muchos tipos; a enfermar, a defraudar, a estar solo, a lo contrario cuando no se soportan las multitudes, a no cumplir con las expectativas laborales, a perder el trabajo, a la traición de la persona en la que confiabas... los hijos. «También puede suceder que se acabe teniendo miedo al miedo por situaciones del pasado que dañaron y se teme revivir ese dolor», cuenta Santandreu.

Sean de la naturaleza que sean, cuando anida en la mente se traducen en ataques de ansiedad y de pánico en las circunstancias más inverosímiles: en mitad de la noche o mientras se está viendo la tele... en cualquier momento puede aflorar ese malestar que hace pensar que uno está al borde de la muerte: palpitaciones, mareos, falta de aire...

«La gente oculta su estado por vergüenza y no se sabe que esto es una disfunción de la mente que se cura»

rafael santandreu | psicólogo

Su libro, repleto de experiencias personales en las que mucha gente puede verse reflejado, es «un manual para poner en práctica y curarse», afirma el psicólogo, que dice creer ciegamente en la autoterapia. Lo que propone es entrar en contacto con eso que nos provoca la emoción negativa hasta que ésta desaparezcan. «El cerebro simplemente las neutraliza y nos libera de ellas para siempre», sostiene.

La prevalencia de este problema mental, sostiene Santandreu, es muy alta en la sociedad actual sobre todo por el nivel de autoexigencia con el que se vive. «Muchísima gente experimenta ataques y no sabe bien qué le sucede. Además, no lo cuenta por vergüenza. Pero es importante que se sepa que esto tiene solución, que se cura», concluye.

tomás ondarra

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    Afrontar

    «La gasolina de la ansiedad es evitar»

«¡Sí, debemos experimentar las palpitaciones, el temor a morir, los temblores, los mareos, el pánico. Una y otra vez. Sí: ¡una y otra vez! Con la confianza de que millones de personas han pasado antes por lo mismo y han salido victoriosas!». Con estas palabras, Santandreu invita a dar el primer paso para superar un miedo: esto es, afrontar la situación que lo desencadena y exponerse. De hecho, la terapia que propone se denomina de exposición por eso. Es necesario acudir a la fuente que provoca el miedo porque, «la verdadera gasolina de la ansiedad es evitar». De no afrontar, la mente entrar en una espiral que hacer crecer los temores irracionales hasta que lo dominan todo. Si los miedo son abstractos, el psicólogo recomienda visualizarlos (la muerte, la violencia, pérdidas...) para 'mirarlos' de frente. «Imagina lo peor».

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    Aceptar

    «Deja de luchar contra todo lo que sientes»

Si se sufre un ataque de ansiedad o de pánico, aceptarlo, asumirlo, no hay que luchar contra él, si no abandonarse a él. Dice el psicólogo que la terapia de exposición al miedo debe poner el cerebro a mil hasta el punto de que el paciente sufra. Nervios, palpitaciones o lo que sea que provoque su ataque. Y en mitad de este estado debe intentar rendirse y relajarse dentro del torbellino. «Mucha gente lo logra porque se pone a hacer otra cosa: leer o limpiar, por ejemplo. Al cabo del tiempo, consiguen vivir con normalidad dentro de su malestar», explica. Se trata de permanecer en ese lugar tanto tiempo como sea necesario hasta que la mente deje de experimentar el miedo. «La verdadera fortaleza, la transformación radical, llega cuando somos capaces de hacer lo contrario a lo de siempre: no huir sino adentrarnos en él», predica.

tomás ondarra

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    Flotar

    «Sin prisas; vas a estar mucho tiempo así»

Quizá sea este el término más difícil de entender de la terapia de exposición. Se trata de saber estar en un estado de ansiedad, sin agitarse, sin prisas por que pase. «Hay que estar preparados para estar mucho tiempo en ese estado y llevar acabo la vida sin exigirse mucho», explica Santandreu. Se refiere con esta exigencia a que, cuando una emoción negativa invade nuestra mente, ésta no está en su mejor forma, es decir, no va a rendir al máximo. El psicólogo proponer asumir que «no pasa nada» y realentizar cualquier acción que se lleve a acabo. ¿Parece raro? Pues existe una razón que explica la importancia de esta especie de 'echar el freno en la vida'. «Con ello, lanzamos a la mente el mensaje de que no pasa nada, de que no hay ningún peligro... ninguna razón para correr; y porque nos relajamos en la medida de lo posible».

tomás ondarra

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    Dejar pasar el tiempo

    «Un año de terapia es una estrategia realista»

En la filosofía de la terapia de exposición impera el fluir, el no acelerar los resultados, el dejar pasar la emoción negativa mientras se hacen otras cosas y se entra en contacto con ella... De este modo, está reñido con ella el esperar resultados rápidos. «En muchos casos complicados de ataques de ansiedad y trastornos obsesivos tardan un año, o más, en llegar a la curación total. Así que creo que la expectativa de un año de trabajo personal (de terapia de exposición) es una estrategia realista y empoderadora», valora Santandreu, que cree que cuando se tarda más de este tiempo es porque la persona tarda mucho en afinar su técnica de afrontamiento. También recuerda casos en los que sus pacientes han mejorado en tiempos récord. Lo importante es no impacientarse, no querer que el problema desaparezca sino llegar a sentirse cómodo con él. Luego llega la liberación.

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