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Vista general de la Casa de Dios. JO FARB HERNÁNDEZ
¿Quién querría vivir en la Casa de Dios?

¿Quién querría vivir en la Casa de Dios?

Julio Basanta murió en julio y su morada, uno de los mejores ejemplos de arte bruto del mundo, se vende por 50.000 euros

Miércoles, 7 de octubre 2020, 23:08

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Oportunidad. Se vende terreno urbanizado compuesto de tres de edificaciones independientes, muy singulares, formado por decenas de esculturas policromadas únicas en el mundo y consideradas por los expertos en arte como la manifestación artística de arte bruto contemporáneo más significativa en la actualidad. Terreno cerrado e independiente de 659 m2 (...). Situada a 2 kilómetros de Épila (Zaragoza)». Por 49.500 euros.

Es parte del anuncio con el que el portal Idealista quiere vender la morada de Julio Basanta, bautizada por él como la 'Casa de Dios', pero salvo una o dos fotos, las imágenes se centran en mostrar el interior de la vivienda de este hombre de singular historia. Quizá para no ahuyentar al comprador, porque el exterior impresiona de lejos, pero si se tiene la oportunida de echar un vistazo de cerca a los detalles, es fácil sentir un escalofrío. En realidad estamos ante una reconocida obra de arte bruto, entendido este como el producido por una persona que no necesariamente ha de ser artista, sino cualquier individuo que crea a partir de sus habilidades, creencias, experiencias vitales e incluso desvaríos y tormentos.

Y en esta vivienda de Épila hay un poco de todo eso. Basanta instaló, durante cuatro décadas y sin formación artística, inquietantes esculturas de vivos colores: muchas calaveras, un soldado con la esvástica nazi en el casco, un demonio con tridente y rabo en lo alto, espectros sin rostro definido... Y cruces, además de una leyenda que se repite en varios rincones, el quinto mandamiento de la Ley de Dios: 'No matarás'.

Julio Basanta falleció en julio con 85 años. Todo empezó con la muerte en 1977 de su hermano Vicente, albañil en paro y militante comunista de 32 años; realizaba una pintada en un muro ('Trabajo sí, policía no') cuando recibió tres disparos de un agente fuera de servicio, crimen que aún se sigue conmemorando en Aragón. No acabaron ahí las desgracias para Julio, pues, en 2002, su hijo Moisés (tiene otras cuatro hijas) moría a los 34 años también por un disparo de un policía, fortuito según la versión oficial. Muy tocado por estas pérdidas, fue forjando su particular universo.

La estadounidense Jo Farb Hernández, directora y profesora emérita de la Thompson Art Gallery y profesora del departamento de Arte e Historia del Arte de la Universidad Estatal de San José, en California, lleva desde 1973 buscando artistas que modifican sus propiedades en EE UU, y desde 2000 recorre España para encontrar este tipo de arte. En 2013 publicó 'Singular Spaces', sobre 45 artistas de este género, incluyendo a Basanta. «Y sigo con mis búsquedas para la segunda entrega. ¡Hay mucha creatividad en vuestro país!». Desde su país, está inmersa en una encendida defensa de la Casa de Dios.

«Si dejan que la Casa de Dios que creó Basanta se pierda, sería un crimen»

– ¿Por qué es tan importante lo que Basanta creó en su hogar?

– Cada entorno de este género es diferente, único e idiosincrásico, y refleja el mundo y los asuntos del propio autor. A pesar de esto, algunas de las creaciones de estos artistas están ligadas a expresiones creativas o técnicas de otros –como el uso del trencadís (trozos de mosaico) para hacer formas orgánicas que hemos visto en Gaudí– y otros se relacionan más con motivos conocidos y entendidos por los demás, y por eso son más aceptados por vecinos y transeúntes. En contraste, las obras de Basanta provienen totalmente de sus propias experiencias, y de las dificultades que enfrentaba a través de su vida, que fue especialmente dura, sin reconocimiento artístico ni técnico que puede ser ligado a nadie.

– Con su particular forma de entender la religión.

–Sí, incluso las obras que refieren a las narrativas de la Biblia fueron hechas de una manera muy individual, manipuladas de un modo que contaron las propias historias del autor en vez de las que conocemos nosotros. También, por su ubicación en las afueras del barrio, no había nadie que le denunciara por erigir las figuras tan altas, con tantos y tan vivos colores, y con temas tan fuertes y difíciles. Así, tuvo rienda suelta para realizar sus obras como quería, sin la presión social que muchos artistas de este género han enfrentado. Las obras tienen la misma fuerza que otras obras maestras que muestran una mezcla de poder estético con una llamada a un cambio de comportamiento, tanto para los gobiernos como para los individuos. En este caso es el 'No matarás'.

En peligro

– ¿Qué pasará con la casa? Parece difícil que la compre un particular y que decida mantener intacta su obra...

– Lo mejor sería que una organización sin fines lucrativos, el ayuntamiento, una institución educativa... la comprara y la mantuviera tal cual. Pero no hablamos sólo de los gastos de la venta, sino de los de mantenimiento y preservación a través de los años. Por no tener ninguna protección, en este momento no hay nada que impida a un nuevo dueño quitar y tirar todas las obras. Pero estamos intentando concienciar para que esto no suceda. Por eso es importante documentar todo el conjunto a través de los años, tanto para ayudar con la conservación, previendo posibles daños, como para tener el recuerdo de lo que existía si se desmantela.

– Usted ha hecho peticiones a las instituciones para que no sea así.

– He mandado cartas al ayuntamiento y a Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón para pedir ayuda (¡otra vez!) pero no he recibido respuesta. Si dejan que la Casa de Dios que creó Basanta se pierda, sería un crimen.

Un detalle de la obra.
Un detalle de la obra. JO FARB HERNÁNDEZ

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