Poco imaginaba Constante Gil la que iba a liar cuando en 1959 unos clientes de su Cervecería Madrid le desafiaron a preparar un cóctel que nunca hubieran probado antes. Tino, como así llamaban todos a este pintor gallego metido a hostelero, no se amilanó. Mezcló zumo de naranja con cava y posteriormente añadió vodka y ginebra y lo terminó con algo de azúcar. Mezcló bien y lo dejó enfriar. Al final, lo sirvió en una jarra con hielo ante la mirada incrédula de los desafiantes. Poco a poco, los curiosos fueron acercándose hasta este local ubicado cerca del palacio del Marqués de Dos Aguas para probar un cóctel que en pocos años se convertiría en un icono de la ciudad de Valencia.
El Agua de Valencia tiene tantas combinaciones diferentes como la paella, pero sólo existe una receta original que los puristas utilizan a rajatabla.
Para comenzar a preparar este cóctel, lo mejor es emplear naranjas de temporada en su justo punto de madurez, ya que aportarán casi toda la dulzura que necesita el Agua de Valencia sin tener que emplear tanto azúcar. El cava, mejor si es semiseco y es redundante apuntar que los licores deben ser de primera calidad.
Para disfrutarlo, qué mejor que ir al Café Madrid, una de las mejores coctelerías de Valencia que nació fruto de una profunda reforma de la Cervecería Madrid.
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