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Nodos de comunicación desarrollados por Cellnex en el Circuit Parcmotor Castellolí de Barcelona para vehículos autónomos. R. C.
Cuando el ingenio surge de la necesidad

Cuando el ingenio surge de la necesidad

ANÁLISIS ·

Estudiando la conectividad entre vehículos, Cellnex trabaja en un proyecto que podría ayudar a resolver la conectividad en la España rural

carlos ruano

Jueves, 4 de junio 2020

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La comunicación entre vehículos para incrementar la seguridad en las carreteras es uno de los proyectos de innovación de muchos Gobiernos e instituciones. Con el vehículo autónomo en mente y como principal operador europeo de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas, resulta lógico que Cellnex Telecom tenga un papel protagonista en este proceso.

La compañía, de hecho, ya desarrolla soluciones de conectividad móvil en el entorno urbano. Se engloban dentro del proyecto V2X-Arch y ponen en valor, por ejemplo, la importancia de las comunicaciones entre vehículos y el mobiliario urbano (semáforos);_también las comunicaciones entre vehículos de emergencia y el resto de vehículos en una carretera.

Pero además, desde 2018 tiene en marcha el proyecto Mobility Lab, un experimento en el Circuit Parcmotor Castellolí de Barcelona para comunicaciones entre automóviles y carreteras en entornos rurales. El circuito se ha convertido en un espacio de pruebas para el desarrollo de soluciones tecnológicas ITS (Intelligent Transport Systems) asociadas a las nuevas redes 5G, especialmente en el ámbito de las comunicaciones vehículo a vehículo (V2V), del vehículo con la infraestructura (V2I) y del vehículo con las personas (V2P), que posteriormente se podrán implantar en vehículos ('future mobility'), en pueblos y ciudades ('smart cities'), y en carreteras y autopistas ('smart roads').

Cellnex ha dotado al circuito de conectividad con banda ancha desplegando una red inalámbrica con cobertura en todo el recinto, cámaras de alta definición para el seguimiento de los vehículos en pista y unidades embarcadas en los propios vehículos para transmitir datos de telemetría, vídeo y voz. Todo ello con el objetivo de probar soluciones vinculadas a la conectividad (IoT, 5G y sobre el vehículo autónomo), especialmente diseñadas para entornos no urbanos o semi rurales.

Soluciones energéticas

La necesidad, según se suele decir, es maestra a la hora de utilizar el ingenio. No en vano, en el desarrollo del proyecto, los ingenieros de Cellnex pudieron comprobar que el despliegue de toda esta tecnología en zonas rurales requería de una solución energética 'ad hoc'. Y de esta forma nació ZERS (Zero Emission Rural Site).

«Como suele suceder, esto surgió de la necesidad. Cuando empezamos a hacer cálculo y costes, vimos que hacer llegar la electricidad para prestar servicios de comunicación nos hundía el proyecto», resume Raül González Prats, 'Senior Product Manager' y responsable del Mobility Lab de Cellnex.

«Actualmente la conectividad precisa de equipos muy cerca de la carretera cada 500 ó 900 metros –explica este responsable de Cellnex–. Si tenemos que tirar de acometida eléctrica a cada uno de esos equipos sería imposible, aunque si conseguimos fuentes de energía que nos hagan auto sostenibles tenemos gran parte del problema resuelto». Y_las experiencias con las que han tenido que lidiar en el desarrollo del circuito están aportando valor al ZERS.

Desde las horas de sol en pleno día a la niebla, pasando por los caprichos del viento. Con la información de su microentorno que proporciona cada estación apoyada en datos externos y de meteorología, Cellnex ha podido gestionar los puntos energéticos, de forma individual y sin intervención de operarios, hasta convertirlos en mini estaciones meteorológicas midiendo su comportamiento con algoritmos de IA (inteligencia artificial) y 'machine learning ', lo que le permite hacer predicciones de generación de energía, consumo, etc. «De esto vamos aprendiendo y estamos consiguiendo que el tiempo de duración de las baterías y de los servicios desplegados sean mejores. Esa inteligencia local, digámoslo así, nos ha dado resiliencia, robustez y optimización», apunta González Prats.

El 5G y la baja latencia

Otra de las lecciones aprendidas en ese «laboratorio» ha sido la de optimizar el envío de datos, cumpliendo con una de las obsesiones de las redes 5G: la baja latencia. «Todo el vídeo se enviaba a un repositorio central, constantemente mandando tráfico de datos. Ahora cambiamos esa filosofía, analizamos el vídeo y los datos en local, aunque solo enviamos cuando hay un evento o una petición expresa de ver qué está pasando para reducir el ancho de banda».

Muchos sostienen que , y esa es otra de launas mejores infraestructuras y tecnologías de la comunicación podrían hacer revivir el mundo rurals oportunidades que parece abrir el proyecto. «Una tecnología así nos permitiría resolver dos problemas en las zonas sin cobertura móvil: la conectividad en la carretera y la de poblaciones que prácticamente están incomunicadas tecnológicamente», explica el responsable del Mobility Lab. «Cuando analizamos las zonas sin cobertura en carretera hemos visto que normalmente coincidían con municipios de menos de 20.000 habitantes».

Sin duda, este proyecto podría ser una oportunidad para la España rural que pide medidas para impulsar la actividad en el territorio y evitar así quedar «desconectada».

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