Borrar
Uno de los momentos del juicio celebrado este martes. C7

«Un tajo más y se queda con la cabeza en la mano», dijo un guardia civil testigo del crimen

tribunales ·

Uno de los guardias civiles que presenciaron el crimen de Puerto del Carmen dijo que el acusado estuvo a punto de decapitar a la víctima

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 13 de diciembre 2022, 16:36

Comenta

Federico Antonio E. M., el cocinero que está acusado de haber asesinato a cuchilladas a su jefe Rachid B. C. en el restaurante donde ambos trabajaban en Puerto del Carmen, estuvo a punto de «decapitarle» según el testimonio de un Guardia Civil fuera de servicio que presenció los hechos junto a otros dos compañeros. «Si le llega a haber dado un tajo más, se queda con la cabeza en la mano», declaró el agente en la segunda sesión de este juicio celebrado ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

De forma muy explícita, este guardia relató que en agosto de 2019, estaba con otros dos compañeros que iban a una comida y vieron como apareció, de repente, la víctima tambaleándose por la calle con sus manos en el cuello. Segundos después, apareció el acusado quien, se puso detrás del que era su jefe, y le degolló por segunda vez en plena calle: «Entonces los tres gritamos al unísono 'Alto, Guardia Civil, tira el cuchillo' y el detenido, tras dudarlo, lo arrojó al suelo gracias a Dios», dijo uno de ellos.

Otro manifestó que «escuché un grito como si mataran a un cochino, muy agudo, y luego vi a una persona agarrándose el cuello. Luego vino otra que se lo rebanó», detalló. «Se acercó a él le asestó una cuchillada en el cuello sin mediar palabra, cuando la víctima estaba en el suelo y de espaldas. Luego le dijimos que tirara el cuchillo y se quedó quieto hasta que lo arrojó y se sentó en unas escaleras», expuso.

Los agentes intentaron frenar la hemorragia de la víctima con toallas y trapos que pidieron a una persona que estaba trabajando al lado de donde ocurrieron los hechos, pero «no había manera de pararla, incluso cuando apreté las heridas para intentar frenar la sangría, me cabía las manos en ellas. Al final murió en mis brazos», señaló uno de los agentes.

Otro testimonio

Otra testigo, una empleada de limpieza de unos apartamentos anexos, oyó pedir auxilio al dueño del restaurante, que llevaba las manos en el cuello.

Relató que pidió al acusado que soltara el cuchillo cuando le vio acercarse a la víctima, aunque dijo que no llegó a ver cómo le cortaba el cuello porque «todo fue muy rápido», y que enseguida arrojó toallas para tapar la herida.

Otra empleada de un taller de bicicletas situado junto al restaurante, explicó que oyó gritos agudos y que Rachid, al que conocía porque les solía llevar café, se acercó a la puerta del local con cara de «pánico» y le pidió que llamara a la Policía, y que ella no se dio cuenta de sus heridas.

El juicio continuará hoy con la declaración de los forenses, una prueba fundamental para el Jurado, ya que determinará el estado mental del acusado.

Imágenes de seguridad decisivas

En esta sesión también se ha reproducido las imágenes captadas por las cámaras de seguridad dentro del restaurante, cuando el acusado se acercó por la espalda a su jefe y le dio el primer corte en el cuello, y huyó, así como la caída que sufrió el procesado; y las del callejón, donde le agredió por segunda vez, a unos 25 o 30 metros del local.

El guardia civil que se encargó de recuperar las imágenes ha apuntado al Jurado que de ellas se deduce que la primera intención del acusado fue propinarle la puñalada del restaurante por la espalda, pero después cambió al cuello.

Así mismo, en esta sesión se ha visionado un vídeo tomado por la Guardia Civil de toda la escena del crimen en el que se ve el reguero de sangre que fue dejando la víctima hasta que llegó al callejón y cómo en un momento trató de variar el recorrido, algo que no ha sabido explicar el secretario de la instrucción.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 «Un tajo más y se queda con la cabeza en la mano», dijo un guardia civil testigo del crimen