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El ADN constata que los huesos de Temisas son de Antonio y Ana

El ADN constata que los huesos de Temisas son de Antonio y Ana

El análisis de ADN de los restos humanos hallados el pasado domingo 20 de agosto en una zona entre Temisas y Agüimes corroboran, sin género de duda, que pertenecen al matrimonio de Guanarteme desaparecido el 6 de marzo de 2012. El caso pasa ahora a manos del juzgado de Instrucción 7 de Las Palmas de Gran Canaria.

Antonio F. de la Gándara y Carlos Santana Beltrán

Martes, 5 de septiembre 2017, 11:25

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El juzgado de instrucción número 3 de Telde, encargado hasta ahora de la investigación sobre los huesos hallados por el cazador Carlos Díaz y su perra Canaria, el pasado 20 de agosto en una zona escarpada cercana a la carretera entre Temisas y Agüimes, se inhibió a favor del Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria tras constatar el ADN que los huesos hallados pertenecen a Antonio Quesada y Ana María Artiles, el matrimonio de Guanarteme desaparecido el 6 de marzo de 2012.

La prueba científica apuntala, sin genero de duda, lo que CANARIAS7 adelantó en exclusiva, de que los huesos pertenecían al matrimonio. De hecho, junto a los restos los agentes de la Guardia Civil hallaron múltiples indicios que apuntaban a la pareja, como su documentación, la ropa, una cadena de oro o una prótesis de cadera con el mismo número de serie que la que tenía Ana María.

Pesquisas. Desde aquel momento, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encargados de investigar la desaparición, que judicialmente lleva el Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria, intensificaron las pesquisas ante los indicios hallados. De hecho, 48 horas después del hallazgo las hijas de Antonio y Ana María eran informados de que todo parecía indicar que los restos pertenecían a sus padres.

Ahora cabe esperar al resultado del trabajo que realizan los antropólogos forenses para esclarecer las causas de la muerte del matrimonio de Guanarteme.

Los huesos hallados presentaban golpes, y serán los expertos los que determinen si estos fueron anteriores o posteriores a la muerte de ambos, dado el lugar y la forma en al que fueron enterrados y localizados. Cabe señalar que los cuerpos estaban bajo una montaña de piedras y ramas, lo que deja claro la intención de evitar que fuesen localizados. Estas pesquisas serán claves para proseguir con la investigación abierta y dar con el autor o autores de la muerte violenta.

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