Coperfham y Jinámar, unidos por la conmoción de dos parricidios

Félix J.S.J., de 44 años, incendió la vivienda familiar en la Urbanización Coperfham en la madrugada del 25 de julio tras presuntamente acabar con la vida de su madre, Pilar J.R., de 81 años.

Tras prender fuego a la casa, huyó del lugar de los hechos. Las pesquisas policiales confirmarían horas después, tras sofocar las llamas de la casa, que el cuerpo de la octogenaria presentaba signos de muerte violenta.

El pasado lunes, agentes de la Policía Nacional acudían a las 19.30 horas al número 3 de la calle Gabriel y Galán, en la zona alta del casco de Jinámar, en Telde. Allí, Benjamín S.A., de 39 años, había presuntamente acabado con la vida de su madre, Dolores A., de 69 años a golpes y estrangulándola. Fue su hermano el que dio la voz de alerta a la Policía Nacional tras hallar el cuerpo sin vida de su madre al llegar de trabajar. En la vivienda estaba también su padre.

De primeras saltan a la vista las similitudes entre ambos crímenes. En los dos casos las víctimas han sido las madres de los presuntos autores, estando ambos en la cuarentena y padeciendo un trastorno mental, en ambos casos diagnosticados y bajo tratamiento médico. Además, ambas investigaciones estuvieron lideradas por agentes de la Policía Nacional.

La mayor diferencia es que el presunto autor del parricidio de Coperfham, Félix J.S.J., de 44 años, se quitó la vida presuntamente la misma noche que cometió el parricidio tirándose a los tetrápodos de la Avenida Marítima, en Las Palmas de Gran Canaria. Su cuerpo fue localizado sobre las 18.00 horas del pasado miércoles 8 de agosto; fue encontrado por un ciudadano que alertó a los servicios de emergencia. Un amplísimo dispositivo tomó dicho tramo de la Avenida Marítima para poder rescatar su cadáver, al estar en una zona de complicado acceso. Tras varios horas de maniobras, los Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria conseguían recuperar el cuerpo. Su avanzado estado de descomposición complicó la identificación del mismo, aunque la ropa y los enseres que llevaba encima apuntaban a él. Días después llegaba la confirmación oficial de su identidad.