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Canalejas, entre el silencio y el estupor

Canalejas, entre el silencio y el estupor

Asombro y estupor entre los pacientes y usuarios del centro de salud de Canalejas donde ejerce el médico detenido. Algunos de los facultativos del centro afirman que tenía «comportamientos poco éticos»

Jueves, 1 de enero 1970

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Un espeso silencio, incómodo y con un halo de misterio y discreción. Así recibieron ayer los usuarios y trabajadores del centro de atención primaria de Canalejas, en Las Palmas de Gran Canaria, la noticia de la detención el pasado 1 de marzo de C.L.R., de 65 años y con más de 35 años de experiencia como médico de familia y experto en geriatría, como presunto autor de un delito de abuso sexual a una de sus pacientes. El discurrir matinal estuvo caracterizado por la normalidad en el trajín típico de una mañana de martes, con pacientes llegando a su consulta, muchos ajenos al revuelo causado por la noticia.

«No tenía ni idea de lo que había ocurrido, pensé que estaba de baja al menos eso fue lo que dijeron. Un día, a finales del año pasado, había un cartel en su consulta informando de que sus pacientes serían atendidos por otro médico, pero no sé más, la verdad», comentó ayer un septuagenario que prefirió no dar su nombre tras bajarse de un taxi en la misma puerta del centro sanitario. Un comentario que esbozó rápidamente mientras accedía al interior de las instalaciones donde tenía cita previa.

El mutismo acompañado de cierto asombro fue también común en otras dos pacientes, consultados por este periódico al salir del citado centro. «No me puedo creer que algo así haya estado pasando durante tanto tiempo. Es repulsivo», comenta la más joven mientras la mayor asiente y se alejan del lugar. También prefieren guardar el anonimato, la gravedad de los hechos relatados hace que nadie quiera dar la cara y comentar lo sucedido a la prensa.

Mientras el discurrir de un día normal se mantiene, con la cartera saliendo de la Gerencia de Atención Primaria anexa al centro sanitario y con los pacientes entrando y saliendo de sus citas, en un establecimiento cercano un cliente lee un manoseado ejemplar del CANARIAS7 con el titular de la investigación al médico de Canalejas como tema principal.

Una discreción que se extiende desde finales del año pasado cuando el citado médico dejó de pasar consulta en el centro de salud al que está adscrito desde hace décadas y donde tuvieron lugar presuntamente los hechos descritos y denunciados. Es en este centro en el que 99 mujeres, que tenían a C.L.R., asignado como médico de cabecera, solicitaron el cambio de médico sin motivo aparente y sin que se hubiesen cambiado de domicilio, la razón más común para pedirlo.

Si los pacientes y usuarios habían permanecido ajenos a lo que estaba presuntamente ocurriendo en la consulta de C.L.R., no así sus compañeros de profesión.

Al parecer, según apuntaron ayer trabajadores del citado centro de atención primaria, sí que tenían conocimiento de «comportamientos poco éticos» por parte del médico denunciado y detenido y que de hecho se habían tomado «algunas medidas» ante dicha actitud como fue el «que pasará consulta siempre con la puerta abierta y nunca solo con la paciente en cuestión».

Entre ellos eran conocidos los problemas que había tenido con varias de sus pacientes, pero sí que desconocían los detalles de los mimos. Estas fuentes sí que mostraron ayer su asombro por la detención del facultativo, su repulsa por lo que presuntamente realizó a la veintena de pacientes que según la Policía Nacional han relatado los mismo hechos y el mismo modus operandi que la mujer denunciante y el apoyo sin fisuras a dichas víctimas de este comportamiento.

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