Unos turistas extranjeros olvidan a sus hijos en un autobús en Valencia

La línea en la que se vivió el acalorado momento fue la 28 que une la plaza del Ayuntamiento con la Ciudad del Artista Fallero. El matrimonio, que hablaba en francés, se apeó del autobús en la calle Colón con la firme intención de dirigirse a la zona de Poeta Querol, para visitar el Museo Nacional de Cerámica González Martí, y al inicial la marcha andando se dieron cuenta de que sus dos hijos no habían seguido sus pasos y no habían bajado en la parada del 28.

Al parecer los padres iban dos asientos por delante de los niños, de 3 y 5 años, y no se dieron cuenta de que no habían bajado. El autobús siguió su camino y dos paradas después los niños se percataron de que sus padres no estaban. El niño más pequeño se asustó y arrancó a llorar y fue cuando una pasajera se dio cuenta de la situación y, alertó de lo sucedido al conductor del autobús, que de inmediato dio aviso a la sala de control, que se interesaron por saber si los menores estaban en buen estado de salud para activar los distintos protocolos previstos.

Mientras esto pasaba en el interior del autobús número 28, sus padres, sofocados, ya habían decidido coger un taxi y le dieron la orden al conductor de seguir al autobús. Pudieron dar el alto a un autobús, pero aunque era la misma línea, se trataba de un segundo vehículo número 28 distinto al que viajaban sus hijos.

Este segundo conductor de la EMT también dio aviso a la sala de control de que había unos padres buscando a sus hijos que se habían quedado dentro de un autobús municipal. Desde la sala coordinaron el operativo y a la altura de la calle Colón y Xátiva subieron dos inspectores y un oficial de la EMT para custodiar a los menores y también se dio aviso a la Policía Nacional.

También se dio la orden al conductor del autobús donde viajaban los menores de que hiciera el recorrido más despacio, para dar tiempo a que llegara el taxi que les seguía, y se preguntó al resto de viajeros si podían esperar unos minutos para que llegaran los progenitores, y lógicamente la respuesta fue afirmativa.

Antes de que los agentes trasladaran a los menores, aparecieron muy angustiados los padres con el taxi, que agradecieron el despliegue de medios realizado para tener a buen recaudo a los niños de 3 y 5 años. Fueron unos 40 minutos difíciles para estos padres y para los menores, pero tuvo un final feliz que siempre recordarán.

No hay que olvidar que el 30 de mayo otra línea de la EMT, la 93, fue el escenario de un parto en directo, ya que una mujer dio a luz a su bebé durante el trayecto del bus y el conductor dio aviso a la sala de control que redirigió la llamada al 112 con el fin de que el padre asistiera el alumbramiento.