«Me intimidaba para que hiciera lo que me pedía»
La joven que denunció a su padre adoptivo de agresión sexual y lesiones ratificó ayer en la vista oral celebrada ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial todo lo que ya había relatado en la instrucción del procedimiento: «Me intimidaba para que hiciera lo que me pedía», llegó a manifestar en la vista con la ayuda de una intérprete.
La denunciante relató que empezó a sufrir los tocamientos y agresiones sexuales cuando llegó a España para vivir con sus padres adoptivos. «Primero empezó con los tocamientos en mi cuarto y luego, con el paso de tiempo, fue mas allá y me penetró vaginalmente en varias ocasiones, en estos casos, en su propia habitación», relató. «Nunca en mi país –es de origen africano– había vivido con mi propia familia y cuando llegué aquí pensé que iba a ser feliz y me iban a cuidar. Luego, con el paso del tiempo y al pasar estas cosas tan desagradables, me quise largar cuanto antes aunque fuese con un céntimo en el bolsillo», sostuvo esta joven.
También recordó que el procesado le llegó a amenazar con «meterle algo en la bebida para que o pudiera hacer nada por evitar las agresiones», que cuando eyaculaba lo hacía «dentro» de ella y que «cuando mi madre adoptiva no estaba en la casa no podía quedarme dormida porque tenía miedo de que él –el procesado– viniera a por mi a hacerme todo lo que le apetecía. Al principio no se lo conté a nadie por miedo, pero luego se lo dije a mi madre en 2016 cuando realicé un viaje a Senegal», dijo.
«Al tiempo y tras negarme en un par de ocasiones, se volvió muy agresivo conmigo y me amenazaba y pegaba por cualquier cuestión del día a día», manifestó ante el Tribunal.
Según la fiscal Rosa Rubio, desde el año 2010 hasta el verano de 2016, «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales», el acusado Moses S. B., de 59 años de edad y sin antecedentes penales, mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal no consentidas con su hija adoptiva en el domicilio en el que convivían, sito en el término municipal de Telde.
Estos hechos fueron negados por el propio procesado, quien manifestó en la vista que todo lo relatado y denunciado por su hija adoptiva era fruto de su imaginación.
Lo niega «al 90%».
En el juicio celebrado ayer ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, la mujer del procesado manifestó que estaba «segura de que esto que ella cuenta –refiriéndose a su hija adoptiva– es mentira al 90%. El otro 10% restante solo sabe Dios lo que pasó».