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El trasplante de células madre cura otro caso de VIH

El trasplante de células madre cura otro caso de VIH

Dos pacientes se han curado de VIH. El primero en 2011 y el segundo ahora. Al primero se le conoció como ‘El paciente de Berlín’ y al segundo como ‘El paciente de Londres’.

Doménico Chiappe / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Ambos recibieron un trasplante de células madre, como parte de un tratamiento de cáncer hematológico. Los dos recibieron células de un donante que portaba un gen resistente al VIH.

Ninguno de los dos tenía otra opción para continuar vivo, no por el VIH sino por su otra enfermedad. Al primero se declaró curado 42 meses después del tratamiento. Con este antecedente, al segundo se le considera curado 30 meses después de dejar de tomar antirretrovirales. Ninguno de los dos casos puede servir como antecedente para una cura general.

«Este tratamiento curativo es de alto riesgo, y solo se utiliza como último recurso en pacientes con VIH que también tienen neoplasias hematológicas potencialmente mortales», advierte Ravindra Kumar Gupta, investigador de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y autor principal del estudio publicado en ‘The Lancet’ y presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI). «No es una opción generalizada que se ofrezca a pacientes con VIH que ya están en tratamiento antirretroviral exitoso».

En el consorcio de investigadores internacionales IciStem, encargado del estudio, se ha hecho seguimiento a 40 pacientes con VIH (28 siguen vivos) que han sido sometidos a un trasplante de células madre desde 2014, de los que seis han recibido células con la mutación ‘CCR5 Delta 32’ (en las dos copias del gen), la que inhibe la proteína que deja entrar al virus, según datos del estudio observacional IciStem. De ellos, dos han sido presentados como ejemplo de esa «remisión a largo plazo». Además del de Londres está ‘El paciente de Düsseldorf’, un hombre de 50 años con 14 meses sin carga viral después de interrumpir la medicación, cuando lo usual es que reaparezca cuatro semanas después de dejar los antirretrovirales.

En el artículo de Gupta se define la «cura» como la «ausencia de rebote de la enfermedad en 70 años». Al no haber pasado tanto tiempo, su conclusión de que no es probable que se produzca un rebote se apoya en un complejo cálculo de escenarios, y también ha descartado un «material genético defectuoso que no tiene capacidad replicativa», es decir, capacidad infecciosa, en los tejidos linfoides, algo que los investigadores llaman «fósiles de ADN».

«Todo esto nos empuja a concluir que se trata de un segundo caso de curación porque en ‘El paciente de Berlín’ también se detectaban restos fósiles de ADN viral y sin capacidad infecciosa», dice Javier Martínez-Picado, investigador ICREA en el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, que participa en el estudio como coordinador. La reducción continua de anticuerpos contra el VIH desde el trasplante también permite considerar que el de Londres es el segundo hombre que se cura del VIH.

Los pacientes de Londres y Berlín

Con 30 meses sin virus detectable en su sangre sin tomar los antirretrovirales, ‘El paciente de Londres’, o ‘paciente # 36’, ya había sido presentado hace un año como un caso de «remisión a largo plazo» al tener 18 meses sin carga viral en ausencia de medicación específica. «No se había visto un intervalo tan largo desde ‘El paciente de Berlín’ pero queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas», dice Javier Martínez-Picado.

Con un linfoma de Hodgkin diagnosticado en 2016, ‘El paciente de Londres’ recibió una quimioterapia que no tuvo éxito y se sometió a un trasplante de células madre de un donante con una mutación capaz de inhibir la proteína CCR5 que permite la entrada del virus. Sólo una persona entre cien tiene esa mutación. En este hombre que exige el anonimato y que en una de sus pocas comunicaciones ha dicho que «nunca imaginó que se lograría tener una cura mientras él estuviera vivo», el trasplante tuvo éxito con su cáncer.

A diferencia de ‘El paciente de Berlín’, que tuvo radioterapia total, quimio y dos rondas de trasplante, el tratamiento del ‘# 36’ fue menos invasivo, con un solo trasplante y una quimio de poca intensidad, sin radioterapia. La interrupción de la medicación no coincide con el trasplante de células madre. De hecho, pueden pasar varios años entre el procedimiento y la decisión médica, tiempo necesario para que las células resistentes del donante reemplacen a las del receptor. En el caso de la tercera remisión, la de ‘El paciente de Düsseldorf’ o ‘El paciente # 19’, fueron cinco años: recibió el primer trasplante en 2013 e interrumpió los antiretrovirales en noviembre de 2018. Desde entonces tampoco se le ha detectado un rebote viral, reafirmando los resultados obtenidos con los pacientes de Berlín y Londres.

30 meses de pruebas

Con un seguimiento de 30 meses, con muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo y tejidos intestinal y linfoide, no se detectó ninguna actividad del virus en ‘El paciente de Londres’. Los resultados también mostraron que el 99% de sus células inmunes se derivan de las células madre del donante, que reemplazaron las suyas. Algo que replica lo que en 2010 ya avanzaban los investigadores que hacía seguimiento a ‘El paciente de Berlín’:

«Durante el proceso de reconstitución inmune, encontramos evidencia del reemplazo de células de tejido huésped por células derivadas del donante, lo que indica que el tamaño del reservorio viral se ha reducido con el tiempo», explicaba Kristina Allers, investigadora de Charité-University Medicine Berlin y autora del artículo ‘Evidencia de cura del VIH mediante el trasplante de células madre CCR5 Delta 32’. «En conclusión, nuestros resultados sugieren fuertemente que la cura del VIH se ha logrado en este paciente».

Con estos casos de éxito, Gupta sí propone que la edición genética se considere una terapia curativa para el VIH en el futuro, aunque en la actualidad los tratamientos actuales que mantienen a raya al virus son los que ofrecen una mejor calidad de vida y una mayor supervivencia.

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