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Cuando el cáncer llega a la etapa de la adolescencia

Cuando el cáncer llega a la etapa de la adolescencia

La edad oncopediátrica termina a los 14 años en los hospitales canarios. Sanidad y las comunidades autónomas han acordado que las unidades de oncología pediátricas atiendan a niños hasta los 18 años. Familias y asociaciones piden unidades específicas para adolescentes

Jueves, 1 de enero 1970

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Cada año se diagnostican 33 nuevos casos de cáncer infantil en Canarias. A día de hoy, la edad oncopediátrica alcanza hasta los 14 años. Hasta esa edad, todos los niños se tratan en las unidades de oncopediatría de los hospitales del Servicio Canario de Salud (SCS). Sin embargo, a partir de los 14, la cosa cambia. El niño llega a la adolescencia y el menor puede acabar ingresando en una planta de un hospital de adultos porque el sistema sanitario español considera que un paciente con esta edad y afectado de cáncer es lo suficientemente mayor para ello.

A pesar de que se trata de una edad administrativa decidida por el Ministerio de Sanidad, a nadie se le escapa que «con 14 años aún se es un niño, que se está a medio camino entre la edad infantil y la adulta pero, sobre todo, nos olvidamos que se le ha detectado y tratado un cáncer cuando apenas ha dejado atrás la infancia pero, tampoco, ha dado el salto a la edad adulta», resalta José Jeréz, presidente de la asociación Pequeño Valiente.

La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer reclama hace tiempo al Ministerio de Sanidad la creación de unidades especificas en los hospitales para atender a los jóvenes de 14 a 18 años. Esta petición se valoró el año pasado en una reunión del Consejo Interterritorial de Sanidad –Ministerio y comunidades autónomas– en la que se aprobó que los adolescentes fueran tratados en las mismas unidades pediátricas aunque, en un entorno preparado acorde a su edad. En Canarias, la Consejería de Sanidad espera que el Gobierno central remita la propuesta para implementarla en los hospitales públicos.

En opinión de Jeréz, no es lo mismo «llegar a un sitio donde todo son colores, sonrisas y juegos, donde se está con otros niños de tu misma edad, donde se afronta la enfermedad con menos drama y más alejada de la realidad, a pesar de que no sea así, que a otro, en el que todo eso queda en un segundo plano, todo es más serio porque los adultos tienen otras necesidades y maneras de entender y afrontar el proceso», matiza.

Crecer antes de tiempo. «Les enviamos a convivir con personas mucho mayores que ellos con los que no tienen nada en común salvo la patología que sufren, con los que comparten habitación y la televisión (que además es de pago), donde reciben visitas de adultos y escuchan conversaciones para las que no está preparados , donde no disponen de salas de juegos ni soporte educativo y psicológico», agrega Jeréz. «Les obligamos a crecer, a madurar antes de tiempo con la carga de un cáncer», sentencia.

La realidad es que la mitad de las unidades de oncología pediátricas que hay en España no admiten niños mayores de 14 años y solo una de cada tres ofrecen tratamiento hasta los 18, según datos de la federación. El Hospital Universitario Materno-Infantil de Gran Canaria atiende a los niños que ya han tratado hasta su mayoría de edad. Sin embargo, los nuevos casos por encima de los 14 años acuden a hospitales de adultos.

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