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Adacea exige una unidad integral para el daño cerebral adquirido

Adacea exige una unidad integral para el daño cerebral adquirido

Los familiares denuncian que Sanidad se desentiende de los afectados una vez recibe el alta del hospital y se ven obligados a atenderlos sin apoyos. Canarias carece de un registro de lesionados.

Jueves, 1 de enero 1970

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Canarias carece de un registro de afectados de daño cerebral adquirido (DCA). Tampoco dispone de recursos públicos para atender a los aproximadamente 4.000 afectados que se estiman en las islas. De hecho, la administración desconoce «dónde están» porque una vez que se les da el alta hospitalaria «no existe servicio o unidad que coordine sus necesidades asistenciales», critican los familiares, quienes aseguran que son ellos «los que coordinamos y organizamos la atención multidisciplinar que requieren». «Nos los llevamos a casa después de vivir una situación repentina y de carácter súbito sin saber qué hacer con una persona con diversidad funcional que no es capaz de tomar decisiones, no es capaz de moverse, no es capaz de nada y que dependerá el resto de su vida de ti», explica Susana Gyorko-Gyorkos, presidenta de la Asociación Daño Cerebral Adquirido-Gran Canaria (Adacea).

Sin ayudas

«Sí, les salvan la vida pero nada más. Nadie nos enseña a atenderlos y a ellos no se les ayuda a afrontar de nuevo una vida llena de restricciones», afirma. Adacea Gran Canaria, colectivo conformado por un grupo de personas afectadas y familiares, denuncian que el Servicio Canario de Salud se «desentiende» de los afectados de DCS y sus familiares y exige la creación de una unidad de atención integral del daño cerebral adquirido con un equipo multidisciplinar que coordine y estipule necesidades y programen actividades asistenciales a los pacientes.

Las familias «nos enfrentamos en solitario a la nueva situación que nos sobreviene de forma súbita. Cuando sales del hospital solo te dan hora para el médico rehabilitados, que con un poco de suerte te atenderá en seis meses», afirma Enrique Artabe Guerra, tesorero de Adacea Gran Canaria. «Apenas hay recursos públicos para atender sus secuelas. En mi caso, yo soy el que se encarga de coordinar al fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, neuropsicólogo, médico rehabilitador, logopeda... Muchas veces las propias familias hacemos un poco de todo y un poco de nada. Nos vemos en esa incertidumbre que dura toda la vida; vamos a estar tomando decisiones que no te corresponde», destaca, para añadir que el gasto económico que «no cubre la sanidad publica ronda una media de 3.000 euros mensuales».

Vuelta a casa escalonada

En este sentido, la presidenta de la asociación apunta en que la administración sanitaria ha creado la unidad de ictus, el código ictus, que aunque, en su opinión, «tienen carencias pero funciona y no se han percatado de lo importante que es contar con una unidad de daño cerebral que organice escalonadamente la vuelta a casa para la recuperación del afectado». «Necesitamos un espacio como la Unidad Lesionados Medulares», concreta.

La rehabilitación se debe enfocar hacia las «actividades de la vida diaria, para que las personas con DCA puedan recuperar habilidades perdidas, es decir, aplicarlo en situaciones que los usuarios pueden encontrarse en su día a día y a sus familiares cómo ayudarles y apoyarles», sentencia.

No es una enfermedad

Adacea Gran Canaria apunta que el DCA «no es una enfermedad sino una lesión producida de forma súbita en el cerebro a causa de un ictus (75%), traumatismo craneoencefálico, anoxias, infecciones o tumores y sus efectos pueden ser muy discapacitantes, tanto es que de los 4.000 afectados en Canarias, 1000 lo superan, otros 1.000 se afectan algo y otros 2000 quedan con diferentes discapacidades, de los que 1.000 quedan seriamente dañados con grados 2 y 3.

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