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Adicción a las nuevas tecnologías

Adicción a las nuevas tecnologías

Hospital Perpetuo Socorro. Es fundamental informar y concienciar a los padres y madres de la gran importancia de que sus hijos utilicen correctamente las nuevas tecnologías tanto para su desarrollo físico como mental, explica el doctor Federico Philipps Fuentes, especialista en Pediatría.

Miércoles, 15 de julio 2020, 11:51

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Canarias7 Saludable las Palmas de Gran Canaria

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido recientemente la adicción a los videojuegos, ya sean individuales o en línea, como una enfermedad. Se trata de un problema cada vez más frecuente que afecta a personas de cualquier edad pero que está incidiendo especialmente en niños y adolescentes.

Se considera que se ha alcanzado el rango de adicción si jugar es una prioridad, un deseo intenso que no se puede frenar, si eso genera problemas en el entorno social, si por ello se pierden amigos o se desatiende el trabajo, los estudios o las tareas, y si además estos síntomas persisten durante al menos un año, según la OMS.

En definitiva, son tres las señales que advierten de una posible adicción. En primer lugar se encuentra la falta de control sobre esta actividad, desde su frecuencia a su duración. El segundo signo de alarma es que se priorice el juego frente a cualquier otra actividad o interés que se tuviera anteriormente, descuidando cualquier otra faceta de la vida. Por último se tiene en cuenta la persistencia de esta conducta o incluso su incidencia cada vez mayor en la vida de la persona afectada pese a que prevea y se sea consciente de las consecuencias negativas en el ámbito familiar, personal, social o académico.

En cualquier caso, es fundamental informar y concienciar a los padres de la importancia de que sus hijos utilicen correctamente las nuevas tecnologías tanto para su desarrollo físico como mental. «El uso indebido y excesivo de los dispositivos electrónicos puede sobrellevar un aumento del sedentarismo, lo que provoca un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, con sus consiguientes problemas para la salud del pequeño. Entre ellos se encuentra el peligro de desarrollar en el futuro enfermedades cardiovasculares o diabetes, una disminución de la atención y de la capacidad de aprendizaje así como una reducción del número de horas y de la calidad del sueño, afectando consecuentemente en el crecimiento psíquico y físico del niño», explica el doctor Federico Philipps Fuentes, especialista en Pediatría de Hospital Perpetuo Socorro.

El aumento de horas destinadas a esta actividad va en menoscabo de otras actividades lúdicas, deportivas y escolares de los más jóvenes que son importantes para su desarrollo. Y a nivel mental, la falta de sueño que suele producirse frecuentemente más el exceso de horas de juego y los contenidos violentos, que pueden ser habituales, sirven para incrementar los pensamientos agresivos y desensibilizarse frente a la violencia.

Por todo ello, «los pediatras debemos involucrarnos en este tema y realizar recomendaciones a los padres para que sean conscientes de los riesgos de las nuevas tecnologías, y aclarar que, no obstante, tienen por supuesto beneficios si se emplean, como todo, de forma apropiada y con prudencia, para que los niños y adolescentes se desarrollen adecuadamente», continúa el doctor Philipps.

Así pues, tomado en su justa medida no es una actividad que se deba prohibir o demonizar ya que, según sus contenidos, cuando son educativos o fomentan el ejercicio físico, pueden resultar provechosos. Además permiten familiarizarse con las nuevas tecnologías desde muy jóvenes, mejorar las habilidades manuales y de coordinación, ejercitarse en la toma de decisiones y resolver problemas, lo que contribuye a una mejora de la autoestima. Asimismo, es posible establecer relaciones sociales con menores de otros lugares con los que se compartan inquietudes y conocer otras realidades ajenas al entorno habitual.

En este ámbito, existen una serie de consejos que deben transmitirse a los padres para lograr un correcto equilibrio, advirtiéndoles de los riesgos de permitir un exceso en el uso de los videojuegos y en general de las nuevas tecnologías. Entre los mismos se encuentra supervisar los juegos que manejan, los programas que usan o las páginas webs que visitan, así como las redes sociales que consultan, por lo que es recomendable que estos dispositivos no estén en las habitaciones de los menores sino en algún lugar común de la casa, así como explicarles las diferencias entre el mundo que perciben en estos ámbitos y la realidad, y ayudarles a establecer ante ellos un razonamiento crítico.

Se debe limitar el tiempo en horas que dedican a estas actividades en el día, tratando que no sea más de hora y media entre semana y dos horas en fines de semana y vacaciones. Es conveniente además no permitir que realicen esas actividades las horas previas a dormir para evitar alteraciones del sueño que perjudiquen su desarrollo, detalla el pediatra.

Para determinar la idoneidad de un videojuego es importante tener en cuenta la clasificación por edades que se recomienda. Tampoco debe olvidarse que hay que fomentar el deporte, la lectura y los juegos creativos.

Y es que el juego es una actividad muy potente para el desarrollo del niño en muchos ámbitos. Fomenta la imaginación, colabora en la socialización y colabora en el desarrollo psicomotriz, pero para ello requiere que no se le dé todo hecho sino que deba crear parte del juego y pueda compartirlo con otros pequeños. En esta área, los juegos relacionados con el deporte son de gran importancia. También fomentar otras actividades como el hábito de la lectura por parte de los padres colaborará en gran medida en el crecimiento sano de los niños. En definitiva, el equilibrio sin un exceso en ninguna actividad es la base de un desarrollo sano de los pequeños, concluye el especialista en Pediatría de Hospital Perpetuo Socorro.

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