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Desde el 1 de junio, las españolas que sufran un dolor mensual incapacitante pueden pedir una baja temporal. Sin embargo, por el miedo a ser despedidas o al estigma social, solo la mitad de ellas la solicita. Un 33,4% de las mujeres ha sentido alguna vez la necesidad de pedir la baja o no acudir a su actividad como consecuencia de los dolores o del sangrado durante la menstruación, pero solo el 16,8% lo ha hecho, según una encuesta presentada este viernes por la Sociedad Española de Contracepción (SEC), elaborada con 2.800 entrevistas por la empresa demoscópica Sigma2.
El 71,2% de las mujeres de entre 15 y 49 años reconoce tener dolor con la menstruación y un 45% necesita usar medicación para sobrellevar el dolor, una cifra que se eleva entre las más jóvenes: entre el grupo de 20 a 24 años alcanza el 60% y entre las de 15 y 19, el 56%. Además, el 34,3% de las mujeres refieren que durante la menstruación tienen un sangrado intenso o muy intenso.
Todo ello conlleva un cambio, que se prolonga de media durante tres días, en la actividad de quienes padecen estos problemas. El 37,6% de las mujeres tiene dificultades para hacer su vida normal a consecuencia del dolor o el sangrado, tasa que se eleva al 52,5% en el grupo de entre 20 y 24 años.
Pero el entorno de trabajo dificulta que las mujeres reclamen sus derechos respecto a la menstruación dolorosa. Más de la mitad (53,7%) del total y seis de cada diez entre los 20 y los 24 años consideran que pedir la baja o no acudir al trabajo por dolores o sangrado durante la menstruación puede tener consecuencias laborales.
El presidente de la Sociedad Española de Contracepción, José Quílez, pidió este viernes más concienciación y conocimiento, en la sociedad y entre los médicos que deben otorgar las bajas por este trastorno. «El dolor menstrual es una enfermedad que acarrea todavía un estigma para algunas personas, pero es una necesidad que debe hacerse cada vez más visible. No hay que pensar que quienes piden la baja por dolores menstruales lo hacen porque tienen mucho morro. Al contrario, se trata de una enfermedad que supone un sufrimiento muy real para quienes la padecen», señaló.
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