Seis ancianos viven en las Urgencias de tres hospitales

Seis personas mayores permanecen ingresadas en los servicios de Urgencias de los hospitales universitarios Doctor Negrín e Insular en Gran Canaria y en el de Canaria en Tenerife, dos en cada uno de ellos, a pesar de que disponen del alta médica, según informó este lunes la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. Cada uno de ellos se encuentra en espera de que se resuelva sus problemas sociosanitarios y sea derivado a un centro. Sin embargo, no son los únicos que están pendientes del protocolo de ingreso en la red de plazas de dependencia.

A éstos hay que sumar otros pacientes crónicos que se encuentran en las plantas de hospitalización, que ingresaron para una cirugía o tratamiento prescrito por el facultativo pero que, una vez se le dio el alta médica no abandonaron el centro público por problemas de índole sociosanitario o por carecer de familia.

La semana pasada los trabajadores del Servicio de Urgencias del Hospital Insular de Gran Canaria denunciaron a CANARIAS7 la situación en la que se encuentran, aún a fecha de hoy, dos ancianos que llevan medio año «encerrados» en dicho servicio en espera de su traslado a un centro sociosanitario, y para los que demandaron «una «solución urgente». Explicaron que llevan seis meses «sin poder ver ni siquiera la luz del sol, que a veces se despistan y pierden el sentido de la ubicación, se desorientan y pierden la noción de si es de noche o de día. Por su estado de ansiedad y agitación, y muy a pesar nuestro, a veces hay que contenerlos por su seguridad».

En este sentido, Mercedes Prieto, directora médico del Hospital Universitario Insular de Canarias, calificó ayer la situación de estos dos ancianos de «anecdótico, porque los pacientes con este perfil no suelen esperar tanto tiempo» por una plaza sociosanitaria. Señaló que el protocolo de traslado suele ser «ágil» desde que se comunica de la «posibilidad de un problema sociosanitario» hasta que se le traslada a Instituto de Atención y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Gran Canaria.

El protocolo en el hospital se activa desde que el equipo sanitario conoce que «tenemos ese paciente en esa situación, con un problema social», y el trabajador social procede a analizar su situación, explica. «Si vive solo o no tiene familia se supervisa las condiciones de su vivienda, si se adapta o no a sus necesidades, sus factores económicas. En el caso de que tenga familia el trabajador social se reúne con ella y se estudia su situación. En ambos casos, se gestiona y estipula unas necesidades de atención, que si se la puede dar la familia bien si no, se traslada la petición de una plaza sociosanitaria al IASS», concreta Prieto. «Muchas son situaciones de dependencia sobrevenida y en otras ocasiones, la familia no tiene los recursos necesarios, la casa no está condiciones... No pueden atenderle», resume pero, en cualquiera de los casos, el hospital atiende al usuario hasta que se solventa su situación».

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