Salud Pública recomienda evitar exponerse a la calima
Sus efectos van desde una irritación de garganta a cuadros más severos por el agravamiento de patologías respiratorias y cardiovasculares. Se prevé que las urgencias sanitarias aumenten en los próximos días
La Dirección General de Salud Pública llama a la población a extremar las precauciones ante este episodio de calima que, si bien no ha sido el más intenso de los 25 que se han producido en Canarias este año, ha provocado que la calidad del aire sea actualmente entre muy desfavorable y extremadamente desfavorable por la presencia de partículas en suspensión en todo el archipiélago, especialmente en Fuerteventura y Lanzarote.
Para evitar los efectos de la entrada de estas partículas en nuestras vías respiratorias, la única y mejor herramienta preventiva es «no exponernos» a este aire cargado de polvo procedente del continente africano, explica la jefa del servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública, Elena López.
La doctora señala que este polvo está formado por partículas de distintos tamaños, fundamentalmente de motas gruesas que se depositan en la parte superior del tracto respiratorio que cuenta con mecanismos para expulsarlos. Los más finos se introducen a mayor distancia y pueden interferir en la parte del sistema respiratorio encargado de las funciones del intercambio de gases.
Por este motivo, la exposición a la calima provoca distintos rangos de efectos; desde síntomas leves, como la irritación de nariz y garganta, tos y picor de ojos a cuadros más graves en personas asmáticas o con enfermedades cardiorrespiratorias y cardiovasculares, con crisis agravadas por el efecto del polvo en suspensión, señala López
La experta asegura que, tras la exposición al polvo, se desencadena una sucesión de eventos que permiten que los efectos puedan surgir entre uno y seis días después. «Es esperable que se produzca un incremento en las visitas a urgencias en los próximos días, porque no solo vamos a ver los efectos que tiene este episodio en el ámbito individual sino en el epidemiológico», comenta López que entiende que el efecto del polvo en suspensión sobre el organismo es «acumulativo y retardado».
Por ello, insiste en que se debe permanecer lo mínimo posible en el exterior, que se deben mantener las puertas y ventanas de las viviendas cerradas y, si se sale al exterior, que sea durante periodos cortos.
Además, recomienda el uso de mascarillas en el exterior sobre todo a la población más susceptible; niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con patologías crónicas respiratorias y cardiovasculares.
La médica también recomienda a la población general que no haga actividad física intensa en el exterior. «Si inspiramos en situaciones de esfuerzo introducimos las partículas en las vías respiratorias más distales, más bajas, por lo que provocamos una situación más difícil de enfrentar para el funcionamiento de los mecanismos de resistencia», precisa López.