El protocolo para prevenir el suicidio en las aulas, aún en revisión y a punto de ver la luz

En todo caso, Monzón señaló que, con independencia de que el protocolo para la prevención del suicidio en las aulas mejore las pautas de actuación vigentes en los colegios e institutos del archipiélago, unificando y concretando la participación de distintos profesionales, actualmente los menores que intentan quitarse la vida reciben atención profesional. «Hoy por hoy, este asunto está perfectamente atendido por todos los profesionales implicados en este tipo de sucesos y el protocolo vendrá a mejorar esta coordinación», recalcó.

Junto al protocolo de actuación ante el riesgo de suicidio, se está elaborando un programa de prevención de estas conductas en el ámbito escolar.

El pasado verano se estaban incorporando al documento aportaciones de cuatro evaluadores externos y las consejerías de Sanidad y Educación esperaban poder aplicar el protocolo en el curso 2023-2024, al entender que el aumento de conductas suicidas en la población infantojuvenil se había convertido un problema de salud pública de primer orden.

El documento que se está perfilando se prevé aplicar en los colegios e institutos de Canarias, con especial hincapié en la población adolescente, y fija las pautas para abordar cualquier sospecha o riesgo suicida con los servicios sanitarios y sociales.

En 2022, el último año del que se disponen datos, en Canarias se suicidaron 20 menores de 30 años, catorce chicos y seis chicas, incluido un menor de 15 años.

Por otra parte, el estudio 'Salud emocional en el alumnado adolescente de Gran Canaria', en el que se encuestó a más de un millar de chicos y chicas de entre 14 y 16 años de 28 centros educativos, concluyó que el 60% sufría algún tipo de afectación relacionada con la salud mental o emocional.

El sondeo realizado por la Fundación Disa reveló, además, que un 28% del alumnado encuestado manifestó haberse autolesionado. Además, el 31% de los adolescentes consultados tuvo ideas suicidas y el 13% había intentado quitarse la vida.

Estrés, ansiedad, problemas de sueño, estados depresivos y los trastornos de conducta alimentaria son, en ese orden, los principales problemas que alteran la salud emocional de la adolescencia de Gran Canaria, según concluyó el estudio.

La pandemia afectó muy negativamente a la salud mental de los más jóvenes. De hecho, los expertos alertaron de que el número de intentos de suicidio entre la población infantojuvenil se duplicó tras el confinamiento.