«Hemos pedido ampliar el cribado de cáncer de mama de los 45 a los 75 años»
La oncóloga de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Insular Materno Infantil Elena Vicente ofreció este sábado claves de qué es la menopausia y cómo sobrellevarla | Alerta de que el tumor de mama cada vez debuta antes
La doctora Elena Vicente participó este sábado en unas jornadas de salud femenina. Dice que aún hay mucho desconocimiento en este ámbito.
- ¿Qué va a contar en la jornada No soy yo, son mis hormonas?
- Vengo a acompañar a una paciente de cáncer de mama que ha sufrido la menopausia muy joven, y a aportar un poco de luz y de ciencia sobre los efectos secundarios que se producen por la quimioterapia en pacientes que han tenido cáncer de mama y sufren una menopausia muy precoz.
- Supongo que en las pacientes con la menopausia inducida hay que actuar igual que con quienes la tienen de forma precoz.
- La inducida es repentina. Es irreversible desde el punto de vista biológico mientras estamos dando el tratamiento, y se consigue con la quimioterapia, que frena el crecimiento de los ovocitos, por lo cual también frena la regla en muchas ocasiones. También usamos unas inyecciones para parar los ovarios y un tratamiento hormonal, en la mayoría de los casos de cáncer de mama, que disminuye los niveles de hormonas y tiene como efectos secundarios sofocos, dolores articulares, cansancio, pérdida de memoria y sequedad vaginal.
- La osteoporisis y el aumento de riesgo cardiovascular son otros efectos de la menopausia. ¿Se vigilan en quienes pasan el climaterio a edades tempranas?
- En edades precoces, los protocolos de seguimiento incluyen hacer una densitometría ósea a las pacientes -basal y periódica- para ver cómo evoluciona su masa ósea, es decir, si tienen descalcificación. Y tenemos que añadir a los tratamientos antihormonales calcio, vitamina D y, en algunas ocasiones, fármacos para prevenir la osteoporosis. El riesgo cardiovascular también existe porque en la menopausia, al bajar los estrógenos, estamos desprotegidas, al igual que los hombres de la misma edad. Hay que incidir en los hábitos de vida saludable: dejar el tabaco, hacer ejercicio físico, seguir dietas bajas en grasas y, sobre todo, conocer ese riesgo aumentado, porque muchas mujeres pueden tener un infarto de miocardio y sabemos que se detecta menos que en hombres, porque no se sospecha.
- ¿Este protocolo se aplica en Atención Primaria?
- Los ginecólogos lo aplican en las consultas con mujeres sanas. En la parte de oncología, hay guías de las sociedades españolas de oncología médica y de reumatología donde se protocoliza: se determina cada cuánto tiempo realizarlo, si hay que añadir un fármaco, si hay que tener en cuenta otros factores de riesgo, no solo la densitometría, sino también si hay tabaquismo, obesidad, otros fármacos... Sí que se aplica.
- Los avances en el cáncer de próstata son asombrosos. ¿Son equiparables a los del de mama?
- El cáncer de próstata y el de mama coinciden en ser hormonosensibles en la mayoría de los casos, es decir, dependen de las hormonas. Igual que en la próstata utilizamos la castración con inyecciones y tratamientos antihormonales, en las mujeres también. El cáncer de mama es el más estudiado porque es el más frecuente. Una de cada ocho mujeres va a tener cáncer de mama a lo largo de su vida. Hay más de 225.000 casos nuevos al año, pero la supervivencia ha aumentado espectacularmente en los últimos años. Hay muchos avances. Se curan muchos pacientes, más del 85%. No todos los cánceres de mama son iguales. En los pacientes con cáncer de mama metastásico también estamos teniendo supervivencias de años con muy buena calidad de vida. Es un privilegio ver cómo, a lo largo de mi carrera profesional, estos avances se han acelerado y tienen un impacto en la calidad de vida y en la supervivencia de los pacientes.
- ¿Cuáles son los últimos avances en el cáncer de mama y en qué debemos mejorar?
- Hemos avanzado mucho en las técnicas quirúrgicas, evitando cirugías agresivas y vaciamientos axilares. Hay avances en radioterapia y en el abordaje precoz. También tenemos nuevos tratamientos que previenen las recaídas en cáncer de mama hormonosensible, en cáncer de mama triple negativo, con la inmunoterapia. En estadios avanzados ya disponemos de fármacos muy potentes de primera línea, que aumentan la calidad de vida de los pacientes sin tener que llevar quimioterapia. Tanto para estadios iniciales como en la enfermedad avanzada tenemos mucha investigación en Canarias. Es hacia donde tenemos que avanzar: hacia la investigación.
- En cuanto a la detección precoz del cáncer de mama, supongo que el reto lo plantea el diagnóstico en mujeres jóvenes.
- El cribado en Canarias es para todas las mujeres de 50 a 70 años, es bianual y está adaptado a los factores de riesgo de cada paciente y sus antecedentes familiares. El problema es que nos quedamos sin testar a mujeres jóvenes, por ejemplo, a partir de 35 o de 40 a 50 años, rangos de edad en los que estamos viendo una incidencia creciente. Esas pacientes no tienen sitio en el circuito y llegar al cribado, para ellas, es más largo. Además, suelen tener tumores más agresivos y llegan con un tumor más localmente avanzado que los detectados en el cribado, donde vemos tumores pequeños indetectables clínicamente. Tenemos una iniciativa que llevamos al Gobierno de Canarias para aumentar el intervalo de detección precoz, pero aún estamos a la espera de que se pueda implementar.
- ¿Y qué han reclamado?
- Se solicitó que el cribado empiece, como mínimo, a los 45 años y se amplíe a los 75, porque las mujeres cada vez viven más y con buena calidad de vida. En los registros de cáncer de mama, en los últimos diez años, se ha visto un aumento de casos en personas jóvenes. Esto responde cambios en los hábitos reproductivos. Cada vez tardamos más en tener el primer hijo: la lactancia y la maternidad son factores protectores que estamos retrasando por circunstancias de la vida.