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Siete comunidades autónomas se plantean seguir los pasos de Galicia y estudian regular la venta de bebidas energéticas a los menores de edad, sin embargo, Canarias no tiene previsto limitar el acceso de la infancia a este tipo de bebidas energizantes, según informaron fuentes de la Consejería canaria de Sanidad que aboga por la promoción de los hábitos saludables como principal baza para prevenir los problemas cardiovasculares y la obesidad.
En Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Navarra y el País Vasco han anunciado que estudiarán regular la venta de estas bebidas, mientras que en Castilla y León y la Comunidad Valenciana ya están abordando esta cuestión siguiendo la estela de la Xunta de Galicia, que ha anunciado el inicio de la tramitación del anteproyecto de ley para regular la venta de las bebidas estimulantes.
Composición Además de unos 60 gramos de azúcar por 500 mililitros, las bebidas contienen cafeína y taurina
Efectos Consumidas en exceso las bebidas energéticas pueden provocar insomnio, obesidad y taquicardia
Enfermos cardíacos En estos pacientes, este tipo de bebida es especialmente nocivo y causa arritmias e hipertensión
En la infancia Su consumo asiduo es adictivo y se asocia a cefaleas, ansiedad y patologías metabólicas y cardiovasculares
Pero ¿qué efectos tienen estas atractivas bebidas cuyo consumo prolifera entre los más jóvenes?
«En general, aunque son distintas entre sí, estas bebidas básicamente tienen cafeína en dosis variables relativamente altas, altos contenidos en azúcar y algunas sustancias estimulantes como taurina. Estas tres sustancias se combinan con oligoelementos que aumentan su rendimiento. El efecto fundamental de la cafeína es que puede producir la activación del sistema vascular pudiendo producir hipertensión y taquicardias (aumento de la frecuencia cardíaca)», explica Eduardo Caballero, jefe del Servicio de Cardiología del hospital de Gran Canaria Doctor Negrín.
El especialista advierte de que su consumo excesivo, sobre todo en menores, embarazadas o pacientes con enfermedades cardíacas tiene consecuencias negativas para la salud.
En cuanto al azúcar de este tipo de bebidas, según Caballero, no supone un problema si se consume esporádicamente pero, si se toman de forma regular, proporcionan cantidades muy altas de carbohidratos que favorecen la obesidad. Así las cosas, por el efecto de los estimulantes en el sistema vascular y por su alto contenido de azúcar, el consumo de este tipo de bebidas debería ser limitado para la población en general.
«Probablemente, tomarte una sola bebida equivale a tomar varios cafés con azúcar, pero si te tomas diez a lo largo de una noche el riesgo de sufrir taquicardia e hipertensión aumenta», resalta sobre unos refrescos presentan «consumos muy altos» entre los menores, lamenta el médico.
«Habría que hacer un llamamiento al uso responsable de estas bebidas», sostiene el médico que reconoce que «muchos estudios realizados han demostrado que estas bebidas pueden producir efectos negativos en pacientes con cardiopatías, que, consumidos en altas dosis, producen tendencia presentar arritmia e hipertensión».
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) publicó un documento en marzo del año pasado en el que señala que las bebidas energéticas contienen en una lata de 330 mililitros la cafeína equivalente a 1,32 cafés expreso, es decir, 105,6 miligramos de cafeína por lata.
«El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína, puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares», advierte la Aesan que recomienda evitar el consumo de estas bebidas en niños y niñas, adolescentes, mujeres embarazadas, personas con hipertensión o problemas cardiovasculares.
La Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Canarias considera que el debate sobre la restricción del acceso de los menores a las bebidas energéticas es una oportunidad «para educar a la población sobre el daño que producen», explica su presidenta, Elena Sánchez.
Los pediatras de los centros de salud de Canarias abogan por emprender «una campaña mediática activa» en lugar de prohibir la venta de este tipo de productos a los menores. Aseguran que la limitación de su venta «podría no solo no tener un efecto disuasorio sino incluso estimular el interés de los menores».
Sánchez, a título personal, estima que este tipo de bebida «es una bomba energética y de cafeína y, con frecuencia, se ingiere más de una. Los padres se las compran a sus hijos porque desconocen la importancia de esto», señala la pediatra que entiende que esta desinformación supone un riesgo para las criaturas.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte de que estos refrescos energizantes provocan en los menores irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares. Además, alertan de que su consumo continuado puede producir adicción por lo que «no deben ser consumidas en la edad pediátrica».
Asimismo, en un comunicado, la AEP señala que es de «vital importancia que exista un adecuado etiquetado nutricional para que las familias puedan hacer la elección más saludable en lo que respecta al consumo de alimentos y bebidas de sus hijos».
Por otro lado, piden que se incorpore en el currículum escolar una materia de estilos de vida saludables donde, entre otras cuestiones, la población infantil aprenda a cocinar y se fomente la actividad física.
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Carmen Delia Aranda
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