'Amar sin latido', la escultura del Materno que visibiliza «el tabú» del duelo perinatal
Sanidad. ·
El centro inauguró este miércoles un espacio para que las familias afectadas, la tasa en el hospital es de seis de cada mil, puedan canalizar su dolorL.R.G.
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 18 de octubre 2023, 18:43
El Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias inauguró este miércoles la escultura 'Amar sin latido', del escultor Trapiello, para dar visibilidad y concienciar de la muerte gestacional, perinatal y neonatal. Se trata de «un paso más» para canalizar el dolor de una muerte que es «el tabú de los tabúes», dijo la matrona Lidia Armas.
Según la jefa de Servicio de Obstetricia y Ginecología, Alicia Martín, la tasa de muertes de bebé en la gestación, el parto o poco después de nacer es de seis de cada mil en el Materno, siendo este centro uno de los hospitales con la tasa más baja de España «y por lo que hemos sido reconocidos muchas veces», señaló.
No obstante, para las familias que sufren esa pérdida es «muy doloroso». Antes, recordó Martín, creyendo que se hacía un bien se recomendaba a las familias no ver el cuerpo de los bebés. Hoy el hospital, cuenta con una protocolo que se basa «en cuatro pilares fundamentales: la formación de los profesionales, las cajas de recuerdos, la consulta de salud mental perinatal y las habitaciones de duelo» para la despedida. Y a ello suma ahora una zona en los jardines del centro para «el recuerdo» y la «despedida».
Al acto, al que también asistió la consejera de Sanidad, Esther Monzón, quien recordó que en 2022 nacieron en el Materno 3.508 bebés, acudieron algunas familias que habían pasado por ese duelo. Arancha y su marido es una de ellas. Perdieron hace un año a su hija Clara, y explicaron lo difícil que es «enfrentarse a la muerte». Ahora, embarazada de su segunda hija, se niega a olvidar a Clara y agradeció la creación de esa zona de «recuerdo».
El duelo perinatal es «un duelo incomprendido, al que no se le presta atención, desautorizado por la sociedad, los profesionales y las familias», dijo la matrona Lidia Armas, «es un duelo en silencio y soledad» que además causa un vacío porque muchos de esos niños y niñas «no pueden ser enterrados ni incinerados», añadió.