Revuelta de mujeres en la Iglesia es el nombre de un colectivo transnacional con grupos en los cinco continentes. En la capital grancanaria dieron sus primeros pasos tras la concentración en Madrid, Barcelona y Zaragoza en marzo de 2020 por el impulso de la teóloga María José (Pepa) Torres Pérez. 'Hasta que la igualdad se haga costumbre', es el lema que quieren que se convierta en realidad en el catolicismo. «Somos feministas porque no podemos ser otra cosa, somos mujeres del siglo XXI. Y somos creyentes. La llamada de Dios es para hombres y mujeres. Dios no solo llama a los hombres, nos llama a los dos», explica Inmaculada Sánchez García Muro.
El cristianismo es «una comunidad de iguales. Esa es la tradición verdadera hasta el siglo IV. En Cristo somos iguales. Tenemos la misma dignidad, y todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios», añade Pino Trejo Sánchez. «No pedimos la igualdad por moda, es una cuestión de justicia», abunda.
Hoy domingo la Revuelta de las mujeres en la Iglesia se concentrará ante la catedral de Santa Ana, en la capital grancanaria, a partir de las 12.00 con una voz que se unirá a la de otros territorios. «Nos concentramos el domingo antes del 8 de marzo», aclara Pino, para reclamar «que nosotras somos también iglesia. La jerarquía eclesiástica es solo una parte. Queremos estar donde se decide, en las orientación de las catequesis, en las liturgias... que pueda elegir no poner flores en el altar», en referencia a un trabajo tradicionalmente femenino, además de la limpieza de los templos.
Pequeños avances
En los últimos tres años el grupo se ha consolidado en la isla y ha participado en reuniones con otros colectivos. «Somos muchas», aclaran, quienes reclaman tener «la misma participación en la iglesia» que los hombres. Que sea «una participación real», es decir, que «tengamos voz y voto». Por eso el lema de este año es 'Caminamos juntas', como «una comunidad que quiere seguir a Jesús en igualdad y con la misma dignidad que Dios nos creó», añade Pino Trejo.
Pese a la posición secular de la iglesia con respecto a las mujeres estas activistas no abandonan. «El año pasado en la concentración una señora que salía de misa en la Catedral nos llamó machangas», dice Pino Trejo.
Yolanda Almeida Santana cree que el papa Francisco ha hecho algunos avances, pero son tímidos e insuficientes.
«Alguna mujer tiene responsabilidad en el Vaticano, y la teóloga Cristina Inogés Sanz inauguró el Sínodo sobre la sinodalidad a finales del 2021». También ha habido épocas en las que había mujeres en el vaticano «con voz, pero sin voto».
En paralelo a ese sínodo el Consejo de mujeres católicas (Catholic Women's Council ) organizaron el suyo entregando con posterioridad al papa Francisco sus conclusiones. Pero poco o nada se ha movido desde entonces.
Así que son conscientes de que es una ardua tarea la de «cambiar de mentalidad». «No solo en la iglesia, también la gente desde las parroquias», dice Yolanda Almeida.
Más creyentes mujeres que hombres
Resulta paradójico que la iglesia esté apoyada mayoritariamente por mujeres -en el siglo XX los hombres dejaron de acudir a los templos en proporción mucho mayor que las mujeres- y, sin embargo, queden relegadas al rol de oyentes.
Quizás por eso, apunta Inmaculada Sánchez, se acuerden de las mujeres «cuando ya no tengan reemplazo» para los sacerdotes por la caída de las vocaciones. Aunque seguro que «primero entrarán los curas casados antes que nosotras», añade.
La Revuelta de las mujeres en la iglesia también se ha hartado de la discriminación. De hecho en el manifiesto que leerán tras la concentración dicen «basta a ser invisibilizadas y silenciadas. Decimos basta a ser tratadas con condescendencia como si fuéramos menores de edad. Decimos basta a la discriminación por razón de sexo o del género».
Para ellas las mujeres están preparadas para cumplir las mismas funciones que los hombres en la iglesia. «Decimos basta a que se nos niegue el sacerdocio debido a nuestro cuerpo, un cuerpo que siempre está bajo sospecha. Basta de una visión negativa de la sexualidad, que crea sufrimiento, Basta de una imagen de un Dios exclusivamente masculino».
De 16 a 23 ciudades
El año pasado las concentraciones de la Revuelta de las mujeres en la Iglesia se extendió a 16 ciudades españolas: Vigo, Madrid, Valencia, Santiago de Compostela, Logroño, Sevilla, Badajoz, Santander, Bilbao, Barcelona, Granada, Zaragoza, Vitoria, Las Palmas de Gran Canaria, Almería y Córdoba. Este año se han unido a la concentración de hoy Almería, Burgos, Ciutadella, Huelva, Oviedo, Salamanca y Sevilla.
En el grupo están «convencidas de que una Iglesia inclusiva es deseable y posible» y ya tienen preparado un documento de buenas prácticas para superar la discriminación de las mujeres en las iglesias locales que han presentado a la Conferencia Española de Religiosos y «pronto» se presentará a la Conferencia Episcopal.
Aún así, Inmaculada Sánchez cree que no las toman «en serio». De hecho recuerda que el mismo documento que se entregó al papa Francisco ellas se lo hicieron llegar al obispo de Canarias, José Mazuelos sin que hasta el momento hayan recibido alguna respuesta.
Una Iglesia nueva
Su empeño, no obstante, es «imaginar y construir» una «Iglesia nueva». Donde «la mujer es reconocida como sujeto pleno derecho, con voz y voto en todas partes, donde la mujer es valorada por los propios talentos, carismas y aportaciones a las comunidades». También una Iglesia en la que el liderazgo se comparta «entre mujeres y hombres, laicos, laicas, personas consagradas y sacerdotes». En definitiva, «paritaria, más plural y menor jerárquica», añaden en el manifiesto, Y van más allá, una Iglesia «que acompaña sin juzgar toda la diversidad de las familias, de identidades y orientaciones sexuales».
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.