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Efe
Santa Cruz de Tenerife
Miércoles, 25 de octubre 2023, 15:59
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La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife pedirá, durante el juicio que tendrá lugar la próxima semana en la Audiencia Provincial, seis años de cárcel y una indemnización por daños morales de 5.000 euros al acusado de abusar de la hija de un amigo, de cuya hermana era además padrino.
El Ministerio Público considera que a raíz de la confianza que tenía con la menor en una ocasión, cuando se encontraban los dos solos en una finca, le dijo que se agachara para darle de beber a un becerro, momento que aprovechó para ponerse detrás de ella y llevar a cabo diversos tocamientos.
Luego le pidió que se sentara sobre una de sus rodillas y le enseñó varias fotografías en las que aparecían chicos y chicas desnudos, manteniendo relaciones sexuales, entre las que amplió una en particular y le preguntó si le gustaba.
Acto seguido la denunciante entró en el domicilio para contarle lo ocurrido a su hermana y volvió a la cuadra para que el acusado no sospechara nada y de hecho éste persistió en su actitud, pidió a la menor que se acerca asegurándole que no le iba a hacer nada pero la inmovilizó entre él y un coche.
En ese momento comenzó a hacer diversos movimientos y le subió la camiseta hasta el cuello para tocarla y darle besos en el cuello. Mientras le dijo: «¡Qué salada estás!, tras lo cual la menor pudo escapar al hacer acto de presencia la hermana.
Desde entonces la joven sufre ataques de ansiedad, miedo a que le hagan daño a ella y a su familia y pesadillas recurrentes en las que recuerda lo sucedido.
Presenta también trastorno por estrés postraumático crónico y está siendo tratada como terapia psicológica desde la denuncia, tanto de manera individual como grupal.
El Ministerio Fiscal concluye con que se está ante un delito continuado de abusos sexuales a menor de 16 años, por lo que pide la imposición de las mencionadas penas, a las que se añadiría la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia de medio kilómetro y de comunicarse con ella a lo largo de once años.
En caso de ser condenado debería participar en programas de educación sexual y quedaría inhabilitado para cualquier profesión, oficio o actividades que conlleven contacto con menores durante una década.
El fiscal también pide que el procesado no se pueda acoger al tercer grado hasta que haya transcurrido la mitad de la pena.
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