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Manifestantes se concentran en la plaza de Cibeles, Madrid, por el 8M

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Manifestantes se concentran en la plaza de Cibeles, Madrid, por el 8M AFP

La multitud vuelve a tomar las calles por un 8-M con lemas vetados

En Madrid las ministras de Podemos y PSOE convivieron sin roces, mientras una protesta paralela alzaba la voz contra la prostitución

Martes, 8 de marzo 2022

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La manifestación del 8-M concentró en el Paseo del Prado a tanta gente como en sus mejores tiempos. Con lleno total en ambos sentidos, la algarabía era mayor entre los espontáneos. La larga columna que comenzaba en la Plaza de Neptuno estuvo encabezada por diversos grupos de mujeres latinoamericanas y árabes, con las mismas reivindicaciones que las españolas. A las 19.05 h se daba la orden. «Hemos llenado hasta Atocha, comenzamos a caminar». Pancartas y lemas.

Detrás del Bloque Bollero que «existimos y resistimos», del Fórum Feminista de Madrid que alzaba una pancarta por el abolicionismo de la prostitución (uno de los temas vetados. «Ésa se coló», dijo alguien), de las mujeres de los tambores y el baile, de una orquesta de metales que tocaba Fangoria y de una multitud, estaba la ministra de Igualdad, Irene Montero, con la de Derechos Sociales, Ione Belarra. Junto a otras dirigentes del partido Podemos, gritaban con ritmo de coro: «Que viva la lucha de las mujeres. Un pasito pa'lante...».

Durante la manifestación, Montero declaró que el feminismo es siempre «plural» y defendió la existencia de una agenda común, «que es el fin de las violencias, y el reparto de la riqueza y el tiempo con la corresponsabilidad». Y pidió «respeto a la diversidad». Con mascarilla morada, que también tenían portaban las que iban tras la pancarta con ella, la ministra restó importancia a una manifestación paralela de feministas, sin mencionarla, asegurando que «el debate ha existido siempre y eso no nos impide estar aquí alegres, fuertes, combativas y unidas». Reiteró lo dicho la noche anterior, cuando coincidió con el jefe de Estado Pedro Sánchez, sobre que había «absoluta unidad feminista» y que las «políticas feministas son una cuestión de Estado».

La guerra quedó relegada a un segundo plano. Tan solo algún «Paz» o «Mujeres por la paz» en folios blancos salidos de la misma impresora y repartidos al inicio para los que no tuvieron tiempo de hacer su cartel artesanal con cartón y rotulador. Se escuchaba algún coro salido de las filas de sindicato UGT de «Ni Putin ni OTAN». Uno de los temas vetados, en el que Montero varió radicalmente de posición y parecía más alineada con una niña que tenía una hoja con un infantil «Stop Putin». «Hay que pararle los pies a Putin», sostuvo Montero, que se definió «demócrata». Eso sí, los guardaespaldas siguen siendo una cuestión varonil de anchas espaldas y elevados cuellos, incluso en el 8M.

Unos metros más atrás iban las ministras y vicepresidentas del PSOE, que reunió tras el lema «Más feminismo, mejor democracia» a Nadia Calviño (Asuntos Económicos), Carolina Darias (Sanidad), Isabel Rodríguez (Política Territorial), Pilar Llop (Justicia), Pilar Alegría (Educación), Diana Morant (Ciencia) y Raquel Sánchez (Transportes). En medio, Adriana Lastra, vicesecretaria general del partido.

Abolicionistas en Gran Vía

Muy cerca se celebraba otra manifestación, una paralela, de mujeres abolicionistas, convocada por la Confluencia Feminista de Madrid. «En el 8M oficial ha habido una ruptura. El transactivismo nos ha echado», explicaba Ana Hidalgo, de la plataforma Docentes Feministas por la Coeducación. «Asistimos a la Comisión del 8M y nos dijeron no a todo. No nos quedó más remedio que organizarnos por nuestra cuenta».

A las 18.30 empezaba esta contra-manifestación que, al empezar la protesta, congregaba a unas 500 mujeres en la Gran Vía madrileña. Llegaron a reunirse 10.000 activistas, según las organizadoras. «En la Comisión 8M nos ningunearon, ni siquiera nos dejaron incluir la trata de seres humanos entre las reivindicaciones», mantiene Cruz Torrijos, del Frente por la Abolición de la Prostitución. «Pero las realmente valientes son las mujeres que no tienen otra y les toca pedir la abolición en la manifestación institucional, donde se les ha agredido como en otros años».

Más de 20.000 millones de euros para la igualdad

La ministra de Igualdad, Irene Montero, habló durante la manifestación del III Plan Estratégico de Igualdad aprobado en el Consejo de Ministros celebrado horas antes, «dotado con más de 20.000 millones de euros entre 2022 y 2025 para desplegar todas las políticas de igualdad, como permisos de maternidad y paternidad, el plan corresponsables o la lucha contra la violencia machista».

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