Muere solo en su casa en Fuengirola y tardan un año en encontrar su cadáver

Ha ocurrido esta semana en Fuengirola. La Policía Nacional aún no ha podido confirmar científicamente la identidad, aunque todas las evidencias indican que los restos óseos corresponden al propietario y morador de la vivienda, un ciudadano de origen nipón y de 86 años.

La empleada del hogar telefoneó a los servicios de emergencias para dar cuenta del macabro hallazgo, que se produjo el lunes. Una patrulla de la Policía Nacional acudió al lugar y confirmó lo que la mujer decía. El cadáver estaba momificado, reducido al esqueleto. Yacía sobre el suelo, junto a un sillón, en la terraza cubierta de la vivienda.

Ante el cariz del caso, se avisó a los especialistas de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y a los de Policía Científica. Según las fuentes consultadas, no se han hallado señales de que la puerta hubiese sido forzada en algún momento, ni tampoco signos de lucha o de robo en la inspección ocular del domicilio.

Los agentes no han encontrado indicio alguno de la participación de terceras personas en el óbito, por lo que, según las mismas fuentes, todo apunta a una muerte natural. Los policías trabajan ahora en confirmar la identidad y están a la espera de los resultados de la autopsia, que se ha realizado en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga.

Uno de los aspectos que deberá confirmar ese examen forense es la ausencia -como parece- de violencia en la muerte. También tendrá que aclarar la data de la misma. La empleada del hogar que lo encontró no iba a la vivienda desde el pasado verano. Y la primera impresión de los investigadores es que podría llevar un año muerto.

Mientras trata de confirmar su identidad, la Policía Nacional investiga también su entorno familiar. Según las primeras pesquisas, el finado tendría un hermano y una sobrina, pero ambos residirían en Japón.