Hace dos semanas que Mauri volvió a ingresar en el Hospital Materno Infantil tras una recaída. Fue en diciembre 2021 cuando le diagnosticaron Leucemia Linfoblástica Aguda, y tras un tratamiento de seis meses, el pequeño de nueve años volvió a su casa en Fuerteventura con la esperanza de un camino de recuperación.
«La alegría apenas nos duró solo un mes», relata Miriam, su madre. «Ahora estamos de nuevo en un momento de lucha, pero con toda la fuerza posible». Y es que el cáncer es un revés que sufre también todo su entorno que debe adaptarse, física y emocionalmente a la nueva situación.
En este caso, los médicos piden para Mauri un transplante de médula, por lo que toca esperar a que encuentren un donante compatible. «La probabilidad de localizar a uno con una finidad del 100% es de 1 sobre 4.000», explica la familia, que ya se ha movilizado para conseguir que más personas se sumen al REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea), que gestiona a nivel nacional todas las donaciones.
La leucemia es el cáncer infantil más frecuente: supone el 30% de los cánceres pediátricos, un total de 300 nuevos casos en España cada año.
«No solo queremos aumentar las posibilidades de mi hijo, sino también las de otros niños y niñas que estén pasando por lo mismo. Donar nunca está de más y el tiempo es corto», asegura Miriam.
Pese a haber consultado con su equipo médico la posibilidad de tratamientos menos agresivos, la respuesta seguía siendo el transplante. Por ello, su objetivo es conseguir la mayor difusión posible para incrementar las donaciones, ya que se tiene la percepción de que «si no toca de cerca», pocos son quienes acuden a donar médula.
«Además, el procedimiento, por otro lado, es sencillo: solo tienen que hacerse una especie de análisis y ya pasa a formar parte del registro», añaden.
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