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RICARDO FERNÁNDEZ y ALICIA NEGRE
Jueves, 10 de febrero 2022, 09:30
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La violencia de género ha vuelto a asestar un duro mazazo. Claudia, una adolescente de tan solo 17 años, pasó este miércoles a engrosar la larga lista de víctimas de esta lacra. Su exnovio, Johan S., de 19 años, confesó haber acabado a cuchilladas con la vida de la joven, según confirmaron fuentes cercanas a la investigación. Ambos habían mantenido una relación sentimental a la que, según explicaron las fuentes, la víctima había puesto fin recientemente. El homicida confeso, descontento con esa decisión, acabó este miércoles con la vida de la adolescente. «He sido yo», asumió. Tras confesar, la jueza lo ha envíado a prisión provisional y sin fianza ante el evidente riesgo de fuga que puede suponer la gravedad del delito.
El mercadillo semanal impuso la normalidad este miércoles en la avenida Rambla de La Santa, en Totana. Allí, entre el trasiego de los vecinos que pululaban de puesto en puesto, se afanaba la Guardia Civil en recabar pruebas en el oscuro trastero del sótano de un edificio en el que vivía el homicida confeso y en el que fue hallado de madrugada el cuerpo de la joven. Los bomberos tiraron abajo la puerta y encontraron el cadáver de la adolescente cosido a puñaladas.
La pista de Claudia –española de origen ecuatoriano, al igual que el sospechoso– se perdió horas antes, en la tarde del martes. Según explicaron fuentes cercanas al caso, sus allegados, que acudieron ya entrada la noche al cuartel, aseguraron echar en falta a la joven desde las cuatro de la tarde, cuando no había acudido a una academia, y remarcaron que no era habitual que Claudia se marchase sin dar ninguna explicación a los suyos. La Policía Judicial se hizo cargo del caso e inició sus pesquisas. En un primer momento, se pensó que la joven podía encontrarse con un amigo en Lorca, pero aquel descartó que estuviese con él y la búsqueda siguió incesante.
Kevin fue uno de los amigos de Claudia que la familia tanteó en busca de respuestas. Este joven fue pareja de la joven hace tiempo y, actualmente, ambos conservaban una amistad. «A las dos de la madrugada me puse a llamarla, pero no me contestaba», relató. «No tenía la mentalidad de que le podía pasar algo así y esta mañana me he quedado en 'shock'».
Integrantes de la Policía Científica de la Guardia Civil entran, ayer, en el garaje donde se encuentra el trastero en el que la chica fue asesinada.
Integrantes de la Policía Científica de la Guardia Civil entran, ayer, en el garaje donde se encuentra el trastero en el que la chica fue asesinada. / JAIME INSA / AGM
El acusado vivía en un piso de la avenida Rambla de la Santa junto a su madre y dos hermanos menores. Tenían alquilada una habitación. Tras recibir la denuncia de la familia, una patrulla de la Guardia Civil encaminó sus pasos hasta la casa, pero este, en un primer momento, descartó que supiese nada de la joven. Cuando se marcharon los agentes, sin embargo, el joven comenzó a llorar y confesó a su madre que había matado a Claudia. Su progenitora alertó entonces a la Benemérita, que regresó al domicilio arrancando una nueva confesión del acusado. Ya en ese momento los agentes recuperaron el arma homicida, una navaja, que Johan había ocultado en un canalón.
La tragedia cobró forma en torno a las tres de la madrugada, cuando los bomberos tiraron abajo la puerta de un trastero del edificio y encontraron el cuerpo de Claudia. Los investigadores sospechan que Johan acabó con la vida de su exnovia en torno a las cinco de la tarde del martes, pero será el informe del forense el que finalmente ayude a arrojar luz sobre el deceso y a esclarecer los detalles.
Johan S. quedó con la víctima con la excusa de devolverle cosas tras su ruptura y con engaños la dirigió hasta el trastero
El joven, según explican las fuentes, quedó con la víctima esa tarde con la excusa de devolverle algunos objetos que habían intercambiado durante su relación. Aprovechó que su familia estaba fuera y, supuestamente, atacó mortalmente a su exnovia en el propio trastero -el número 14-, al que la condujo con engaños. La adolescente, al parecer, había iniciado una relación con otro joven y ello había despertado celos en Johan, que deberá pasar a disposición judicial en Totana en las próximas horas.
«Estamos ahora mismo destrozados», confesaba Miriam, compañera de trabajo de los padres de la joven asesinada. Todos ellos se ganan el pan en la empresa agrícola El Ciruelo. «No tengo palabras para expresar el dolor que siento». Para Mónica, amiga de la madre de la víctima, la noticia del asesinato de Claudia también era una realidad difícil de asimilar. «Todavía no me lo creo», reconoció. «Claudia era muy feliz, alegre y estaba llena de vida».
Otra compatriota cercana a la familia manifestaba también su asombro al enterarse del crimen. «Me he puesto a llorar porque la había visto crecer desde pequeña», relató. «Era muy tranquila y educada con su madre». Claudia era la única niña en una familia con tres hermanos. «Para su madre era la adoración», lamentó.
La peor de las noticias también comenzó a correr este miércoles bien temprano por los móviles de los alumnos del instituto Juan de La Cierva de Totana. «Nos hemos quedado impactados», reconoció Sergio, uno de los estudiantes del centro y hasta hace unos meses compañero de Claudia. «Ella siempre llevaba una sonrisa en la cara», rememoraba otra alumna que era incapaz de aguantar las lágrimas.
La relación de Johan y Claudia era conocida por la mayoría de jóvenes de su entorno. «Sabíamos que estaban juntos porque colgaban historias de Instagram, pero últimamente eso ya se había cortado», explicó Sergio. Efectivamente, la relación del acusado y la víctima se prolongó durante algunos meses, pero recientemente se había interrumpido, según explicaron fuentes cercanas al caso. «Hace un mes me dijo que habían terminado», relató su amigo Kevin a los medios de comunicación. «Le dije que eran cosas que pasaban y que fuera fuerte».
Este joven y otros muchos vecinos de Totana se concentraron este miércoles a las puertas del Ayuntamiento del municipio –que decretó un día de luto– para guardar dos minutos de silencio en señal de dolor y repulsa por el crimen. Dos alumnos de los centros Juan de la Cierva y Prado Mayor leyeron un comunicado en el que clamaban justicia y abogaban por «erradicar esta lacra». Los jóvenes lamentaron este «asesinato insoportable y terrible» y remarcaron que «Claudia estaba empezando a vivir y sus padres se han quedado sin su sonrisa y sus ganas de vivir».
La joven estaba matriculada en un ciclo de FP del Juan de la Cierva, pero dejó de asistir a clase el pasado diciembre. El director del instituto, Juan Francisco Otalora, explicó que era una alumna absentista. «Los padres se van a trabajar y los niños se están criando solos», lamentó. «Hay que incidir en la educación para evitar estos problemas».
El alcalde, Pedro José Sánchez, presidió la concentración junto a la directora general de Mujer y Diversidad de Género, María José García, y numerosos concejales. Hizo hincapié, por su parte, en que el asesinato de la adolescente «nos ha venido a recordar que la sociedad tiene muchas asignaturas pendientes y una de ellas es el machismo». En ese sentido, aseguró que «las generaciones jóvenes hemos de tomar las riendas para erradicar esa lacra».
Carlos Patricio es un hombre roto. Familiares y amigos le abrazan con tiento a su llegada al tanatorio San Antonio de Totana donde este jueves la familia velará los restos de Claudia Abigail, la joven de 17 años asesinada por su exnovio. «Solo espero que el peso de la justicia caiga sobre él», explica con un hilo de voz.
Carlos Patricio descarta que su hija hubiese tenido algún problema previo con Johan S. P. que les hubiera podido llevar a sospechar este cruento fin. «Sabía que iba con mi hija pero problemas no ha dado», explicó. «Parecía bueno».
El martes por la tarde, sin embargo, cuando la joven desapareció algo llevó a la familia a pensar en el joven. «Sospechamos de él», reconoció. La familia se centra este jueves en recordar la figura de Claudia. «Era una niña buena que no se metía con nadie», aseguró su padre. «No andaba con nada que no debiera».
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