«Mi madre murió con los pulmones encharcados»
El hijo de una residente del centro de mayores de Paiporta fallecida tres días después en el hospital lucha para que se la reconozca como la víctima 230 de la dana
Ignacio Cabanes
Valencia
Sábado, 27 de septiembre 2025, 11:37
Dolores, una de las residentes que fue rescatada del centro de personas mayores de Savia de Paiporta donde fallecieron otros seis ancianos el 29-O, habría cumplido este viernes 96 años. La dana le arrebató la posibilidad de llegar a dicha edad, y esta vecina de Paiporta murió sola, sin que sus familiares pudieran despedirse de ella, en el Hospital Doctor Peset de Valencia apenas tres días después de la riada. Su familia está convencida de que su muerte, por una insuficiencia respiratoria por bronconeumonía, se produjo como consecuencia de la catástrofe con 229 víctimas mortales. Ella sería la número 230 y van a luchar para que así sea.
El primer paso ya está dado, su hijo compareció el pasado martes en la plaza 3 de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Catarroja, y la magistrada que instruye la macrocausa ha dictado una providencia por la que inicia un procedimiento para reconocer como víctima de la dana a Dolores. Para ello ha solicitado al Instituto de Medicina Legal de Valencia un informe forense que determine la «relación de causalidad existente entre el fallecimiento en el Hospital Doctor Peset y las circunstancias que tuvieron lugar, con motivo de la dana, en la residencia Savia de Paiporta».
Su hijo lo tiene claro y busca respuestas y justicia, al igual que su nuera y sus tres nietos. «Mi madre murió con los pulmones encharcados tras ser rescatada de la residencia», remarca Manuel, quien no quiere protagonismos, ni compensaciones económicas, solo que se reconozca «lo que es correcto, no puedo con las injusticias».
A día de hoy, cuando se aproxima el aniversario de la tragedia, «nadie de la residencia se ha puesto en contacto con nosotros». «El sábado –anterior a la riada– cuando fuimos a verla estaba bien, y solo unos días después –el 1 de noviembre– nos llamaron del hospital y nos dijeron que había muerto», recuerda, con la piel erizándose de gallina, Manuel, quien llegó a perder hasta 25 kilos tras el fallecimiento de su madre y soportando el pesar y remordimiento de no haberse podido despedir de ella.
Residentes en una de las zonas más afectadas por la dana, que este periódico no revela por expreso deseo de la familia, en la puerta de su domicilio una montaña de coches impedían la salida a uno y otro lado de la calle, con la casa totalmente anegada por el fango, no encontraron ningún medio para poder llegar hasta el hospital al que fue derivada su madre la misma tarde del 30 de octubre, cuando más de un centenar de ancianos fueron evacuados de la residencia inundada en Paiporta –en la que murieron seis personas–, situada a pocos metros de la gasolinera Texaco en la que se había instalado el puesto de mando de emergencias esa misma mañana.
Ni siquiera pudieron verla una vez fallecida y el único recuerdo que guarda Manuel es una fotografía que le enviaron por wasap desde la funeraria un día antes de su funeral para verificar que era ella. Según explica indignado, catorce días después de la muerte de su madre le llamaron del hospital «para decirnos que fuéramos a recogerla». «La íbamos a enterrar al día siguiente y no sabíamos si la persona que estaba en el tanatorio era ella».
«Empapada por el agua»
Dolores llevaba un año y medio en la residencia después de vivir cerca de tres décadas en casa de su único hijo y ver crecer a sus tres nietos, a los que estaba muy unida. Su familia iba frecuentemente a verla al centro, y a la mujer se le veía feliz y sana pese a su avanzada edad como muestran las fotografías con su biznieta en brazos.
Su habitación estaba en la planta baja de la residencia, de ahí que su familia esté convencida de que fue una de las residentes que estuvo a punto de morir ahogada esa misma tarde del 29-O. Sobrevivió en un primer momento, pero «tras pasar la noche empapada por el agua», según puntualiza su hijo, y fue evacuada junto al resto de supervivientes. Pero en su caso no a otra residencia de Picanya o Albuixech, sino al Hospital Doctor Peset de Valencia, desde donde recibieron la primera llamada a las 19.16 horas del día 30, como muestran sus anotaciones, alertándoles de la gravedad de su estado. Al día siguiente le vuelve a llamar un médico y le dice que su madre presenta neumonía con pulmones encharcados, «posiblemente por haber tragado agua», fueron las palabras del facultativo, según recuerda.
Cuando esta semana ha ido al hospital para solicitar el historial médico de su madre y saber la hora exacta de su ingreso hospitalario, la respuesta que le han dado es: «que venga la paciente». «Mi madre está muerta murió en la dana».