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La madre de las gemelas fallecidas en Oviedo huye a Rusia tras denunciar a su marido por maltrato

La madre de las gemelas fallecidas en Oviedo huye a Rusia tras denunciar a su marido por maltrato

Lo acusa de maltrato en forma de amenazas, así como de culparla de la muerte de Aleksandra y Anastasiia, y el juzgado le ha dado la razón

Alberto Arce

Jueves, 27 de julio 2023, 10:44

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La tragedia de las gemelas de La Ería, las dos hermanas de 12 años, Aleksandra y Anastasiia, que se precipitaron el pasado 19 de mayo por una ventana del sexto piso del número 47 de la calle Facetos de La Ería, no terminó con su fallecimiento. Su madre, tal y como confirmaron ayer a EL COMERCIO fuentes del caso en primicia, ha huido a Rusia –tierra natal de la familia– y se ha llevado consigo a su otro hijo, de diez años, tras denunciar por presuntos malos tratos a su marido y padre del menor. Sostiene que ha venido siendo víctima de vejaciones y amenazas durante años –llevan cinco en Oviedo– y que, más recientemente, el hombre la ha estado culpando de la muerte de las gemelas. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Oviedo le ha dado la razón y dictado una orden de protección que impide al padre acercarse a menos de 300 metros de ella. Sin embargo, antes siquiera de aguardar los 30 días de vigencia temporal que otorga el juzgado, ha optado por abandonar el país.

Por partes. La supuesta víctima relata, según recoge el auto de la magistrada, el «clima de violencia psíquica con menosprecios constantes y control instaurado por su marido durante su convivencia», llegando incluso, continúa, a «retener los pasaportes de sus hijos» para evitar que esta viajase con ellos a Rusia. El hombre, un conocido activista pro Ucrania, advertía a su familia que viajar al país de Putin podría ser peligroso para ellos.

La mujer también asegura que la convivencia no era pacífica y que, debido que su marido bebía con asiduidad, habría tenido que abandonar la vivienda familiar hasta en dos ocasiones y dormir en la de otros conocidos. La jueza observa aquí un «indicativo de la violencia sobre ella desplegada». También, que el encargado de controlar el dinero en casa era él –vivían de ahorros y de las ganancias de un negocio que el investigado tenía en Rusia junto a a su hermano– y que prohibía a sus hijos utilizar sus teléfonos móviles. Él, ante la jueza, negó la mayor y sostuvo que la intención de su esposa era llevarse a los niños al país extranjero desde hace años y a toda costa.

Sin embargo, la magistrada le atribuye un presunto delito de violencia en el ámbito familiar por amenazas –la madre no denuncia maltrato físico– y le impone una orden de alejamiento de 300 metros; reconoce la guarda y custodia del menor a la mujer y le impone al padre el pago de una pensión alimenticia de mil euros al mes. Por ahora, según advirtieron las mismas fuentes del caso, esta no habría consignado una cuenta antes de huir a Rusia.

La tragedia de La Ería

El pasado 19 de mayo había comenzado aparentemente normal para la familia. Las gemelas salieron de su casa en el cuatro piso del número 47 de la calle Facetos con la intención de ir al colegio de La Ería. Su padre lo hizo más tarde junto a su hijo de diez años para llevarlo a la escuela y la madre, según los primeros indicios, se encontraba en el centro de salud del barrio. Las pequeñas nunca llegaron al portal. Subieron a la última planta del inmueble, un sexto, posaron sus mochilas en el rellano, abrieron la ventana de las escaleras y se precipitaron al vacío. Cayeron a un patio interior y ambas fallecieron.

Uno de los primeros en encontrarlas fue su padre. Acababa de regresar del colegio de dejar a su hijo pequeño. Empezó a gritar de forma desesperada, a deambular por el medio de la calle pidiendo auxilio mientras algunos viandantes intentaban calmarlo. No pudieron. Tuvo que ser trasladado al HUCA. La madre tardó un poco más en ser localizada al estar en el centro de salud. La Policía la trasladó a su vivienda, donde se reencontró con su marido, y más tarde acudió al colegio de La Ería a por su hijo pequeño, con el que ahora permanece en Rusia.

Desde un principio, la Policía Nacional descartó la participación de terceras personas y calificó lo ocurrido como un «suceso trágico». Durante la investigación analizaron tanto el entorno escolar como el familiar, descartando el bullying, y hallaron en su habitación unos dibujos con posibles tintes suicidas.

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