Kokorev se niega a testificar en el juicio a su exabogado
La lista Falciani destapó una cuenta en Suiza oculta al fisco con 1,6 millones de euros, de la era apoderado el abogado Juan Arencibia. Éste alega que el dinero es de su excliente Vladimir Kokorev. El ruso se negó ayer a confirmarlo o desmentirlo. La fiscal pide seis años de cárcel a Arencibia.
Antonio F. de la Gándara
Sábado, 11 de noviembre 2017, 11:00
El empresario y profesores de historia hispanoruso Vladimir Kokorev, en prisión provisional desde 2015 como supuesto testaferro de Teodoro Obiang, se negó ayer a testificar en el juicio por presunto fraude fiscal a su exabogado Juan Arencibia y, por tanto, a confirmar o desmentir la tesis del jurista de que la cuenta con 1,6 millones destapada en 2009 por la lista de Hervé Falciani en el banco suizo HSBC, en la que figura Juan Arencibia en calidad de attorney –abogado o apoderado, en inglés; en el argot bancario, más esto último–, es en realidad de su propiedad.
Kokorev, que compareció ante el Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas por videoconferencia a desde la prisión de Juan Grande, sorprendió a todos los asistentes al juicio al acogerse a un supuesto derecho a no testificar, y se mantuvo en sus trece a pesar de que la magistrada Ivana Muiños le aclaró que el derecho al silencio sólo asiste a los acusados y que su negativa a declarar y decir la verdad podría acarrearle una multa e incluso un proceso por desobediencia.
Antes de que sucediera el insólito incidente –la fiscal Eva Ríos admitió que nunca se había visto en una igual–. Arencibia, ex socio director de la oficina de Ernst & Young en Canarias, se había declarado inocente de los dos delitos fiscales que le imputa Ríos y el abogado del Estado –entienden que entre 2005 y 2006 acumuló una deuda con la Agencia Tributaria de 1,6 millones de euros–. El letrado sostiene que hasta que en el pasado febrero el Supremo no avaló la lista Falciani como prueba lícita creía que su proceso se iba a archivar, pero a la vista de que no ha sido así, se libera del secreto profesional por «estado de necesidad» al verse en el banquillo y afirma que el verdadero dueño del dinero en Suiza –cuya titularidad se atribuye a la empresa pantalla Xing Holding, domiciliada en el célebre bufete Mossak Fonseca en el paraíso fiscal de la isla de Tórtola (Islas Vírgenes Británicas)– es el empresario ruso. Ni las acusaciones ni la Agencia Tributaria cree que esa sea la verdad.
